viernes, 27 de abril de 2012

Otra vez Yarina

Rodolfo Sánchez Garrafa 
YARINA



La lluvia me mira desde lo alto de una capirona
un águila me inspecciona el alma
desde el claro que el viento abre en la enrramada
el calor me hace feliz por un día en la vida. 


          La laguna queda atrás por unas horas
          quisiera hablar el lenguaje de todas las hojas
          quizá juntas me dijeran 
          el camino que debo tomar. 





Sueño con el toé bajo mi almohada
es demasiado para ser un sueño cualquiera 
un águila me inspecciona las vísceras 
parece que voy a vivir. 


                              La lluvia me mira desde lo alto del calor 
                           me llegan las voces de los niños del agua 
                    quizá son todas las hojas con que el viento
                                             acaricia por un día mis temores.






sábado, 21 de abril de 2012

La gran fiesta de la Candelaria

Escrito por María Luz Crevoisier*


Son las 3.00 de la madrugada en Puno, ciudad milenaria y cuna de una de las más grandes festividades del territorio peruano. A esa hora, mientras duerme el Altiplano, revientan las bombardas para despertar al pueblo porque ya es 1° de febrero, y empiezan las vísperas de la fiesta de la Mamacha Candelaria, precediendo a los carnavales.

En realidad, la novena empieza el 24 de enero y la fiesta concluye el 18 de febrero.

El alferado sube a la cima del cerro Azoguini acompañado de algunos músicos para ofrecer oraciones y bebidas en un rito denominado albazo, el cual sincretiza la fe católica con las creencias prehispánicas.

Después bajará para dirigirse con la pandilla hasta la iglesia San Juan Bautista (llamada iglesia de indios en la Colonia), donde se encuentra el santuario de la milagrosa imagen y patrona de Puno, para escuchar misa.

Por la tarde, los alferados salen de su casa y van al citado templo para escuchar la primera misa, llevando al Niño Jesús y velas de estearina bellamente adornadas.

Los siguientes días son una sucesión de misas y desfiles de comparsas, compuestas cada una hasta de trescientas personas entre danzantes y músicos.

Se degusta platos regionales, como la trucha frita, el thimpo de cordero, sopa de chairo o caldo de carachi y ponches de guinda, almendra, ayrampo.


¿Por qué se realiza esta celebración antes de los carnavales? El antropólogo cusqueño Rodolfo Sánchez Garrafa explica: "Para comprender las fiestas andinas, es necesario vincularlas con los grandes acontecimientos del calendario festivo prehispánico y considerar sus implicancias astronómicas. En este sentido, la fiesta de la Virgen de la Candelaria llena un tiempo que va desde el Qhapaq Raymi (solsticio de diciembre) hasta los carnavales, acontecimiento ocurrido en la mitad caliente del año o ruphay mita, tiempo en que predomina el mundo de adentro o ukhupacha".

"Hay una efectiva y real superposición de la Virgen María y la deidad Pachamama o Madre Tierra, cuyo culto pervive igual que el de los apus o espíritus de las montañas. Los registros iconográficos de la Candelaria nos la muestran ante una constelación de estrellas, teniendo como fondo el sol radiante, un coro celestial coronándola y a sus pies la luna que significa la llegada próxima del otoño."


La mamita Candi está relacionada con la minería, ella es la Virgen de los socavones, pues esta actividad fue importante para los andinos, no en el sentido de acumulación de riqueza sino en el de su aplicación simbólica y ofrenda para sus divinidades.

"En realidad, prosigue Rodolfo Sánchez, no existe conflicto del minero con las fuerzas del mundo de adentro o del socavón, consideradas demoníacas para los occidentales, sino que se trata de la gran confraternidad el tinku o unión del mundo solar (hanan pacha) y el de adentro (ukhu pacha)".

El citado estudioso concluye que una interpretación occidental nos muestra el triunfo del bien sobre el mal en la danza de la diablada, pero en el mundo andino es el desfile de los saqras haciendo derroche de habilidades, poder y colorido.

* María Luz Crevoisier, periodista, artículo publicado en “El Peruano” de 21.04.2012.

sábado, 14 de abril de 2012

“Persona a Persona” con Raúl Béjar Tapia cumple 37 años

Escribe Santiago Ortega Peña*

Este escrito me proporcionó una gran alegría. Doy gracias a Santiago Ortega por hacerme saber de mi inolvidable amigo Raúl Béjar. He leido con fruición las líneas que siguen y, si bien no me ha sido posible estar presente en el gran homenaje a RBT en Córdoba, esta publicación es parte de mi eterno aprecio, con mis sinceros deseos de felicidad. Un lindo cumpleaños, como te lo mereces amigo (N. de RSG).

Dr. Rodolfo Sánchez Garrafa: En mi calidad de consultor y consejero de nuestro compatriota y amigo RAÚL BÉJAR TAPIA, ruego a usted sepa aceptar las disculpas de ambos. El caso es sencillo. Tal cual usted abordó la búsqueda de nuestro compatriota. En esa misma situación me encontraba, intentando acopiar estelas de sus pasos plenos de historias. Las mismas que de sopetón se desploman en mis manos, de imaginarse mi contento inexplicable, sorpresivo encuentro, resaltando usted con un “magnánimo relato”.

Aquí presente junto a mí se encuentra Raúl, quien no puede contener su entremezcla de alegría, contento, y mil recuerdos. Al instante se apagó su voz.


¡Jamás lo vi sin palabras! Tampoco con gotas de agua pura que brotan de su alma y empapan sus mejillas. Su respuesta fue contundente: ¡Por favor Santiago!..., contéstale inmediatamente, e invítalo al “SHOW GIGANTE” en reconocimiento a los 37 años ininterrumpidos que tengo conduciendo mi programa: de “Persona a Persona”. El próximo sábado 14 de Abril “Día de las Américas”, y de mi cumpleaños, en “El Club Social de La Calera” sito en Vélez Sarsfield Nº 452. ¡Ubícalo en La mesa de Honor! con las autoridades diplomáticas de los Gobiernos del Brasil, Chile, Paraguay, Perú, y Uruguay. ¡Ubícalo, junto al Embajador del Perú!

La singularidad de este personaje salta a la vista en cualquier etapa de su vida, como comunicador de radio, conductor, animador de TV, narrador, y periodista. Asimismo, con otras actividades más difíciles elegidas al azar, en sus romanzas poéticas frente al micrófono y, no en menor medida, con su voz grave, permeable y seductora, especialmente para las oyentes de la noche. En muchas fotos ha inmortalizado la existencia de su vida.

¿Quién es en realidad este hombre que no se parece a nadie? Taciturno a veces, tímido, valiente otras, polémico, con aspecto de locutor jubilado, autor de hermosos poemas, solitario, enamorado, o exhibiéndose “tete a tete” en alguna foto junto a un Ministro, Gobernador, Intendente, o abrazado con algún Presidente de una República latinoamericana. Es indudable que yo no le podría  brindar respuestas doctor, sino más bien, decirle cómo llegar a él para tratar de encontrar su fecunda pluralidad, la esencia misma del intelecto frente al acercamiento con cada uno de sus oyentes, y televidentes, que son personas de carne y hueso, igual que usted y yo. Situaciones en las que se puede enredar lo que en realidad se entiende, o explicar lo que a veces muchos no entienden, con eso que llamamos seguridad, o con la incertidumbre de las dudas de esa indomable y orgullosa certeza. “No  es más sabio el que más habla, sino quien más entiende cuando le hablan”.  Raúl navegó siempre por aguas borrascosas en un río muy largo, y con muchas curvas, con un sinfín de preguntas, las mismas también sin respuestas. Cuestiones todas que hoy son base fundamental, y un referente de su obra como hombre de la difusión de la lengua castellana bien hablada, con énfasis, respetando las pausas, puntos y comas. Tal vez, nos mostró la castellanización del lenguaje, la pronunciación de las eses, de la ye, elle, y hasta las zetas. Raúl se ha diferenciado de los demás, de los grandes que podríamos llamar monolíticos, que construyen su obra en una sola dirección lingüística sin diferenciar ciertas palabras de lo habitual, y esto lo entendemos porque vivimos y convivimos con una exquisita tonada cordobesa, la que nos identifica, y con mucho orgullo, en cualquier parte del planeta.

Béjar Tapia, como ningún otro locutor contemporáneo hizo de nuestra lengua un vínculo de transporte, una moto de 1500 cm3 de cilindrada, para explorar el pensamiento sin contaminar el collage del paisaje multicolor, un vehículo libre y voluminoso que puede llegar a cualquier parte incluido al aturdimiento, si su conductor entiende que la única regla de juego, es que no hay regla para que pueda seguir habiendo juego, que está prohibido prohibir, que la enemiga insistente de la palabra y de la vida es la solemnidad. Quien se pone a pensar, no hace mal, más hace bien, pues tan solo su saber intenta aumentar. Es indudable, él tiene sus visibles derrapes en el camino, pero analizando bien, son escapes lúcidos para conformar la verdadera expresión del diseño lingüístico, percibiendo esa gran diferencia de los más esplendidos señaladores del buen hablar. Hay quienes eligen la locución publicitaria, hombres extraordinarios, reporteros, de noticias. En cambio, él sigue su camino, pasito a pasito, pero no se sale de su senda, ni mucho menos abandona su acento de origen ancestral, de los primigenios hombres de la puna, donde el mismo frío suaviza las palabras enterneciéndolas con mucho amor. Es entonces cuando nos damos cuenta del por qué de su pronunciación, lisa y llanamente castiza.

Raúl Béjar vivió como habló, y habla como asombrado. Sin proponérselo nos hizo desconfiar de sus definiciones, y de sus interjecciones. Nos enseñó que la realidad es una trama múltiple, fascinante, entrañable por su intimidad remota, acunada en su “Nuñoa”. Mientras su intuición no revela un paisaje de evidencias, prefiere ser antojadizo, caprichoso por todos lados, especialmente con el género femenino, no llega nunca a preguntas sin respuestas, porque las desconoce. Piensa que es mejor vivir en silencio, porque le ha dado un gran valor al «silencio musical de sus palabras». Prefiere convivir en el anonimato, con apariciones esporádicas; pero su genio acometedor no le permite estar ausente. Va y viene buscando, organizando eventos musicales, televisivos, creando, difundiendo el arte de la comunicación. No se detiene, produce, y publica desde el instante en que él comprende que las circunstancias y el momento lo merecen, hoy está en Córdoba, mañana en Villa María, Río Segundo, Oncativo, La Calera, Catamarca, Tucumán, Buenos Aires. Va y viene a Uruguay, Punta del Este, Chile, Brasil, Colombia, Venezuela porque para él, lo más mínimo es muy importante, y tal vez a eso le otorga más importancia de lo que realmente tiene.

La distancia de su “Nuñoa” en Puno, ese hermoso pueblito donde nació un 14 de Abril del año 1945, cala su alma, zarandeando sus huesos. Abre los ojos, fija la vista sobre una llanura blanquecina por la nevada, algo amarillenta a causa de la arena, que resplandece durante la noche. En la reverberación del sol, su extensa puna es el altiplano, las márgenes, en particular la bahía de Puno, acogen a un buen número de aves acuáticas, rodeada de fisgonas alpacas y llamas.

Todo pinta un hermoso collage, una laguna transparente, deshecha en vapores por donde se trasluce un horizonte gris, el Lago Titicaca, situado en el sector centro-occidental de Sudamérica con una altitud muy cerca a los 4,000 msnm, asediado por las altas cumbres de la cordillera Real, y las de la cordillera Occidental peruana, el área lacustre navegable más alta del mundo para barcos de cualquier calado. Y más allá, como quedándose estupefacto, -expresa balbuciente- una línea de montañas entremedio de los “uros” un pueblo de gente que vive en islas flotantes, hechas de paja de totora trenzada. Enfáticamente dice: es la zona del Altiplano en la que se localiza el lago, allí existen restos arqueológicos de la época preincaica, pertenecientes a la cultura Tiawanako. Sonriente, narra la leyenda sobre el origen de los incas que el mítico soberano Manco Cápac I emergió de las profundidades del lago para fundar Cuzco, la capital del Imperio Inca. Y todavía más allá, la más remota lejanía de una puna fría. Y su voz casi secreta, casi apagada se queda consigo mismo.

Refiere que él no proviene de cuna de oro, y así vive más bien con el pensamiento a cuestas de su humilde niñez, de su quimérico altiplano. Con mezcla de realismo e indiferencia, habla de su progenitor esquivo, un tal Manuel Silverio Béjar, descendiente de un vasco que había quedado anclado en la remota provincia de España. De clase rancia y burguesa, con título nobiliario de Duque de la época colonial, y su madre Doña Antonia Tapia una hermosa mujer trabajadora entre retazos de suspiros, arequipeña de pura cepa. Raúl nos relata con la cara cabizbaja, taciturno, sin dejar de tamborilear sobre la mesa, que a la edad de 4 años su padre lo llevaba a pasear a caballo. –Cabalgábamos cuesta abajo –nos dice- escuchando el trote rebotado de las mulas. Mis ojos reventados por el sopor del sueño, a unos pasos el crudo invierno mostrándonos muy ufano, pleno de soberbia la cantidad de tierras que poseía. –¡Mira hacia allá hijo mío! –señalándole con el dedo índice–, ¡Mira hasta dónde alcance tu vista! ¡Todas estas tierras son mías! repitiendo una y otra vez despóticamente. Tierras las que muchas veces las habría disputando en balaceras  con pistola en mano con los bandoleros, de otros bandos ¿Y qué trazas tiene tu padre, si se puede saber? –Sólo sé que se llamaba Manuel Béjar. –¡Ah!, vaya. –Sí, así me dijo mi madre que se llamaba, es como lo describen los lugareños que no por casualidad llevaba el mote de: “Mata gente, sin novedad” porque más de una vez se prendía en duelo con el otro gran poderoso de latifundios, quien decía también ser dueño de todas las tierras, al igual que él, liándose en duelo a los ojos abiertos de todos, en el mismo centro de la plaza principal del pueblo. Mi madre me dijo: –No vayas a pedirle nada, exígele sólo lo nuestro, lo que estuvo obligado a darnos, y nunca nos lo dio. El olvido en que nos tuvo, cóbraselo caro.

–Así lo haré mamá– respondí, pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que de pronto comencé a llenarme de sueños, a darle vuelta, y más vueltas a mis ilusiones. Y de esta forma se fue formando un nuevo mundo alrededor de la esperanza, que para mí era ese gran colegio del Cuzco. Por eso fui con mi padre a esa ciudad, donde el aire envenenado te enfría hasta los huesos y quedas aterido, más helado que las rejas de las ventanas de mi abuela.

Se empeña en describir el Cuzco de sus amores. Las calles del Cuzco suben y bajan: suben o bajan, según se va o se viene. Suben para el que va, bajan para el que viene. Es en el Cuzco donde cursa sus estudios primarios y secundarios en el importante "Colegio Nacional de Ciencias y Artes" fundado por el Libertador Simón Bolívar por Decreto de 8 de julio de 1825, sobre la base del antiguo Colegio de San Bernardo erigido para los hijos de los conquistadores, y el Colegio San Francisco de Borja, cuyo objetivo fue enseñar las primeras letras de los hijos de los caciques (kurakas). El Colegio Nacional de Ciencias, al que aún ahora quiere y respeta... Enmudece y después expresa: –Aquí fue donde conocí a mi amigo Rodolfo Sánchez Garrafa. Como deseando verlo, repite pensativo: ¡Ciencias glorioso, por siempre glorioso!

RAÚL BÉJAR TAPIA desea verlo, quiere que usted esté en su “GRAN SHOW GIGANTE Y BAILABLE”. Yo ya realicé lo que él me indicó. Ahora tienen que comunicarse, y decidir con Raúl, el cómo y el cuándo para su recepción.

Ha sido muy agradable conversar, y conocernos, muchas gracias por su atención. Quedo aquí en Córdoba a vuestras gratas ordenes, como un nuevo amigo, y compatriota.

Córdoba, 9 de abril del 2012.


*Santiago Ortega Peña: Nació en Chiclayo-Perú: Egresó del Colegio Militar Leoncio Prado, X Promoción, 1953-1955. Estudió en La Universidad Nacional de Córdoba, egresando como ingeniero mecánico, y en la Universidad Tecnológica “Córdoba hacia el Mundo”. Tiene un post grado de Ingeniero industrial. Magister en ESAN y ESADE en Lima-Perú, Ingeniero de la Administración. Desarrollo su carrera profesional en Argentina, en la Ciudad de Córdoba, cuna de las más importantes industrias de automóviles, centro industrial y de garantía tecnológica para Argentina, Brasil, América Latina y el mundo.

Ha laborado en fábricas multinacionales de primer nivel, logrando familiaridad con sistemas productivos, avances tecnológicos e infraestructura humana. Entre las empresas con las que ha trabajado en altos cargos de Gerencia y Superintendencia, se hallan: Ford Motor Argentina, Ford Motor Company Perú, Fiat Concord Saic, Volvo Del Perú, Renault Internacional, Grupo Covenal–Mariara de Venezuela, Toyota Concesionaria en Argentina, Fábrica Militar de “Aviones Supersónicos”, Opeindustriales Ingenieros Consultores.

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