domingo, 12 de octubre de 2014

Un legado inesperado: La divina metamorfosis

Rodolfo Sánchez Garrafa

Los hechos a que voy a referirme en seguida empiezan en Cuzco, y pueden sumarse a ciertos relatos sorprendentes que se nutren de extrañas coincidencias.


Había yo entrado a lo que fuera la habitación privada de mi fallecido padre. A mi lado iba mi madre un tanto compungida por tener que mostrarme un ambiente casi vacío. Ya no estaban los pequeños objetos ni otras curiosidades que en el curso de sus últimos años formaron parte del curioso paisaje que rodeaba sus horas íntimas, de descanso y de sueño. No quedaba nada, si algo persistía era apenas un ligero olor y vaga energía flotante que me resultaba familiar. Paseé la mirada por los desnudos estantes, en lo que sería el preludio del definitivo alejamiento de su cálida y algo huraña presencia. 


—Ya te fuiste padre –pensé– y no pude escuchar tus últimas palabras. Tendrías que haberme dicho algo, estoy seguro que habrías querido tenerme a tu lado.


Estando en estas cavilaciones, me llamó la atención una como pequeña mancha adherida a una de las tablas horizontales, en una esquina poco visible. Al acercarme discerní que podría tratarse de una moneda. La tomé en mis manos, limpié el polvo y comprobé que se trataba de un medallón con inscripciones simbólicas, muy propias de un campo de interés que ocupaba de cuando en cuando la atención de mi padre, un adepto poco regular de estos estudios. 


—Mira mamá, este pedazo metálico me estaba esperando—, le dije a mi progenitora, que no dejó de sorprenderse y que ahora quizá ya haya olvidado el incidente. Guardé el medallón y no pude menos que decir: –Gracias padre. Tú quisiste que este objeto llegara a mis manos. En la pieza se leía claramente: “DIVINA METAMORPHOSIS *NOSTRADAMUS* CAMBIA DESTINO” Frases que acompañaban a unas figuras en alto relieve.


Ya no me importó nada. Fui invadido por una sensación de paz y profundo contento.

Pasó mucho tiempo. Vuelto a Lima retorné a mis actividades, dejando prácticamente relegado de mis pensamientos el asunto del aludido medallón. Hasta que un día encuentro, casi por pura casualidad, un archivo sobre materias alquímicas, en el que para mi sorpresa se hallaba una imagen semejante a la registrada en la pieza acuñada que obraba ahora en mi poder.

No voy a negar que esto estimuló mi natural curiosidad de investigador. Para abreviar diré que mi medallón de Nostradamus se inspiraba visiblemente en una rara pieza de numismática, cuyos pormenores paso a compartir.

En el año 1648, estando el Emperador Fernando III en Praga, centro que acogía a los más destacados alquimistas desde la época de Rodolfo II de Austria, fue testigo de la trasmutación de tres libras de oro de mercurio por un solo grano de polvo de proyección. 

El adepto Labujardière le había dejado “en herencia” a su mejor amigo Johann Conrad Richthausen, una caja conteniendo unos polvos rojos, con los cuales se presentó ante el emperador Fernando III de Bohemia (1608-1657), alegando estar en posesión de la piedra filosofal. El emperador, que era muy versado en filosofía hermética, permitió, bajo ciertas condiciones, realizar el experimento. “El 15 de enero de 1648, se llevó a cabo esta “divina metamorfosis” en el castillo de Praga. El adepto Richthausen, ante la presencia del emperador Fernando III y del alcalde, el Conde Russstatt (Conde de Rutz, director de minas), habría ennoblecido con un grano de polvo de proyección (tintura o polvo rojo) dos libras y media de mercurio que transmutó en oro, con el cual el emperador hizo acuñar algunas monedas de 300 ducados como recuerdo.(1)

En un lado de la moneda figura la representación de un personaje joven desnudo, cuya cabeza es un sol radiante. En la mano derecha sostiene la lira de Apolo, en la izquierda el caduceo de Mercurio. La inscripción en latín dice: “Divina Metamorfosis, realizada en Praga, 15 de enero 1648, en presencia de su Santísima Majestad el Emperador Ferdinand III”. En la cara posterior, en el mismo idioma dice: “Así como pocas personas conocen este arte, es poco frecuente que salga a la luz. Dios sea bendito por toda la eternidad, que de vez en cuando les revela a sus miserables criaturas parte de su inmensa sabiduría”.(2)

El tal Richthausen, operador de esta transmutación, recibió un premio en efectivo y el título de Barón. Con el oro filosofal, el Emperador mandó acuñar una medalla que en 1797 se conservaba aun en la Tesorería de Viena. Richthausen, hombre astuto, le vendió el secreto de pulverización al emperador, haciendo lo propio con varios otros señores, operaciones que le reportaron enormes sumas de dinero.


Fernando III hizo una nueva proyección en Praga, en 1650, y con el oro resultante se fabricó otra medalla que en el siglo XVIII figuraba todavía en la colección del castillo imperial de Ambras, en el Tirol. En virtud de estos hechos, el emperador concedió a Richthausen el título de Barón del Caos, y con tal nombre recorrió toda la Alemania haciendo proyecciones. Su operación más famosa fue la que en 1658 hizo ejecutar el Elector de Maguncia, quien convirtió en oro cuatro onzas de mercurio.(3)


Johann Konrad Richthausen, químico austríaco que un día llegaría a ser Baron de Chaos (Caos), nació a principios del siglo XVII, el 27 de noviembre de 1604 en Viena, y falleció el 25 de julio de 1663 en Schemnitz, hoy Banska Stiavnica. Fue hijo de un comerciante, llegando a ser conocido como un reputado alquimista en lo que hoy es Austria. En 1653 Richthausen fue detenido por presuntas irregularidades financieras, pero tras una pronta rehabilitación fue ennoblecido y se estableció en la calle Pretorio en el distrito 17 de Viena que lleva su nombre, el callejón pin en el distrito 7 de Neubau después de su fundación. En 1659 ya era conde chambelán en la llamada Alta Hungría (hoy Eslovaquia), que por entonces albergaba buen número de pueblos mineros. En su testamento a mediados del siglo XVIII, Richthausen dispuso parte de su patrimonio para destinarlo a la Fundación Chaos que sostuvo una casa orfanato. La tierra fue comprada en la Kärntnerstraße para el edificio principal y otro pedazo en el suburbio de Laimgrube para una casa de verano. 


El emperador Leopoldo I (1640-1705), en presencia de su médico de cámara el Dr. Johann Zwölfer, sacó de una caja que mantenía oculta, una de esas medallas doradas acuñadas con el oro trasmutado por Richthausen, se la mostró y le permitió hacerla acuñar en cobre, de modo que en su “Mantissa Pharmospagyrica” se puede ver una reproducción de ella. En la cara anterior, está el joven desnudo con un sol brillante sobre su cabeza. 

Para concluir vayamos a la iconografía del medallón. El joven desnudo con cabeza radiante representa al dios Apolo, jefe de las Musas y director de su coro, que conforme a la mitología respectiva actuaba como dios patrón de la música y la poesía por lo que la lira pasó a constituir un atributo común de esta divinidad solar en cuyo honor se cantaban himnos llamados peanes. 

En cuanto al caduceo se dice que fue regalado por Apolo a Hermes (Mercurio); la vara mágica de heraldo, poseía inicialmente dos lazos blancos como ornamento, los que posteriormente fueron sustituidos por dos serpientes (símbolo de prudencia y vida), para, finalmente, ser completado con un par de alas mercuriales que expresan la rapidez con que el mensajero de los dioses se podía desplazar de un lugar a otro.

En nuestros días la simbología filosofal, más que referirse a la trasmutación de los metales poco nobles en oro, debe ser entendida como reza en el medallón atribuido a Nostradamus, esto es como un camino para un cambio de destino, es decir para la divina transformación del espíritu, de las intenciones en la actuación humana. Por coincidencia leí hace unos días un manuscrito del renombrado científico norteamericano de origen indú Pradeep B. Deshpande de lo que será su próximo libro: "The Nature of Ultimate Reality and How it can Transform our World: Evidence from Modern Physics; Wisdom of YODA" en el que nos habla de la gran trasformación que podemos esperar en el siglo XXI a partir de un fortalecimiento del nexo humano con la realidad última que es la conciencia cósmica, algo así como una divina metamorphosis a escala planetaria. Entonces, la respuesta está en cada uno de nosotros, en cada ser humano concreto y en lo que cada uno pueda hacer para que este aserto sea comprendido por los demás.



Referencias:

1. JOSEF SVÁTEK: “Kulturhistorische Bilder aus Böhmen – Die Alchemie in Böhmen“ - Año 1879.
2. Ibid.
3. Para más detalles, consúltese: L. Figuier: L’Alchimie et les Alchimistes, 3ra. Edición, pág. 248. (G.T. H.P.B.)




26 comentarios:

  1. encontre una moneda que es identica a ese medallon.. que mismo es?

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    1. Adilson, tengo curiosidad. ¿Puedes enviarme una imagen de la moneda? Así podré responder mejor a tu inquietud. Gracias por comentar.

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  2. no puedo enviar imagen aqui.. como hago?

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  3. yo consegui el medallón en plata, es curioso... caminaba por una feria de antigüedades y me acerque a ver una cosas de plata y esta el medallón, pregunte el precio y me pareció muy caro... le dije al vendedor ke no lo keria y me retire y me llamo y volvió a ofrecer el medallón a menos precio, tambien me parecio muy caro, me retiré y me volvió a llamar... asi ke dije ke el medallón era para mi , asi ke lo compre y lo estoy usando... :)

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    1. Felicitaciones amigo equis ruiz. En realidad lo has heredado. Sugiero hagas buen uso de sus propiedades y no te arrepentirás. Cuídalo, no lo pierdas.

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  4. Estimado Rodolfo, cuantos medallones son en total?

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  5. Conseguí una moneda exacta a la de su medallón. Que significa esto?

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  6. Buenas tardes Doctor Sánchez. Me pongo en contacto con usted por que por un casual llego a mis manos un colgante muy similar al suyo pero en plata, además el mío lleva una piedra roja incrustada de origen. Quisiera preguntarle, si fuera tan amable de facilitarme información sobre dicho colgante, ya que en internet solo he encontrado su artículo y tengo mucha curiosidad por el significado y propiedades del colgante, el cual llevo siempre conmigo.
    Un cordial y afectuoso saludo.

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  7. hola yo tengo el mefallon en mis manos q precio tendria como para venderlo

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  8. Una pregunta mi mama tiene ese medallon para q sirve o solo es un amuleto o para hacer brujeria a mi esta dando miedo

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    1. A todos los que han tenido a bien escribir. Nada tienen que temer, lo peor que puede suceder es que el medallón no ejerza influencia alguna en vuestras vidas. Como dije, el poder de una pieza de este tipo requiere ser activado y hallarse en las manos apropiadas. Si no quieren hacerse problemas consérvenlo como un objeto de simple valor simbólico.

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    1. Pero quiero saber qué es lo que tengo exactamente por qué es parecido al de la foto

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  10. Jahir, es muy simple. Se trata de un medallón conmemorativo de una operación exitosa de trasmutación. Los secretos alquímicos no los poseemos, pero hay algo superior a lo material y es la transformación espiritual de la persona. ¿Quién no quiere poseer una llave para su propio perfeccionamiento?

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    1. Quiero enviarle la foto de la medalla que tengo es de plata donde se lo podría enviar para que pueda apreciar la medalla

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  11. A dónde le podría enviar la foto para que lo pueda ver?

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  12. Tu medallón es similar al mío, con la diferencia de habérsele agregado al reverso una imagen del tetragramaton al tuyo. Aprovecharé ideas que anoté hace algún tiempo para responder a otro amigo. Mi medallón original es de cobre, aunque yo le puse una cadena de plata, regalo de mi madre, y pensaba hacerlo bañar (enchapar) en este metal precioso, para acentuar su significado, pero sobre todo porque la plata simboliza un grado superior de perfección. Una de oro sería lo máximo.

    No suelo llevar éste ni otros medallones conmigo, a fin de no perderlos ni ser robado, cosa que es frecuente en estos tiempos. Lo tengo en lugar seguro. Le hice un conjuro para que respondiese a mi requerimiento y creo que así ha sido. Por lo que sé, si el deseo de transformación es egoísta, puede responder de manera exacerbada y quizá por eso sus poseedores se desprenden de él.

    Se entiende que la divina transformación es una mutación del espíritu, en camino al perfeccionamiento. Creo que si logras claridad sobre lo que realmente quieres, este medallón con Hermes a cargo te servirá y mucho. Opino que la pintura roja y amarillo perturban la radiación de tu medallón, al igual que la cadena actual pues, además, le resta belleza. Ya encontrarás la forma de corregirlo.

    Una idea tradicional sobre objetos de esta naturaleza, es que su energía es mayor y se manifiesta cuando llega a manos de su poseedor por regalo o de manera absolutamente circunstancial. Es decir, no se trata de buscar el objeto y comprarlo, sino que el objeto halle a quien ha elegido como su poseedor. Debo referir que no hace muchos años ha llegado a mi poder un medallón similar pero de plata, siempre con el sello de Nostradamus, lo he tomado como un mensaje para afirmar el oriente de mi camino. Espero que, en tu caso, ocurra lo mismo. En mi muro del FB comparto en la fecha una imagen ilustrativa para los interesados. Saludos.

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  13. Yo tengo esta medalla es de plata me la encontré mientras trabajaba que me dicen?

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  14. Buenas...esta medalla seria un amuleto?

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  15. Para el profano, un objeto de esta naturaleza siempre será una curiosidad y, en el mejor de los casos, un amuleto. Para el conocedor es más que eso, es un repositorio de sabiduría.

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  16. Como lo activo? Lo twngo hace años, lo cargo junto a mis llaves y yna medalla de San Benito que está conjurada.

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  17. Tengo uno de esos en plata 925 con una piedra verde parece esmeralda cuanto lo podría vender

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