Rodolfo Sánchez Garrafa
La noche llora (Edit. San Marcos, 2016), de Arelí Aráoz, es un relato novelado que explora la persistencia del sistema de dominación patriarcal ejercido sobre la mujer en la sociedad peruana contemporánea. Dos historias de vida se encabalgan, haciendo que nos asomemos a la compleja interrelación de clases y de entornos culturales, propios de un orden social de absoluta subordinación y control tanto de la sexualidad femenina cuanto de su fuerza de trabajo.
La autora propone una difícil, aunque no imposible, solidaridad humana entre protagonistas a las que separa una enorme distancia social. Experiencias traumáticas análogas, cual espesas brumas que se cuelan en la cotidianidad, abren puertas afectivas al acercamiento y el diálogo profundo. En esta versión edulcorada sobre los contrastes sociales y económicos, la noche desenfrenada, desigual y cosmopolita, es también capaz de gestar sucesiones de eventos que pueden conducir a las personas más allá de la dolorosa realidad.
El embrujo de la noche es casi mágico, a veces un marco de empatía y sensibilidad para las generaciones noctámbulas de hoy. A recaudo de la agresividad del día, se hace propicio algún grado de intimidad entre sujetos con experiencias de vida semejantes, sea en el desenfado o en la maltrecha existencia.
Arelí Aráoz escribe con soltura, manejando con propiedad los rasgos más pronunciados de la problemática humana en una sociedad escindida. Un ambiente urbano provincial pero cosmopolita, es una suerte de espacio previsible de encuentro, desde el cual se puede pensar en la metrópoli, en el resto del mundo exterior, pero también en los últimos extremos de un país que no acaba de reconocerse como tal. La selva, la región oriental de los Andes, se muestra como el confín de un universo, un lugar de expiación providencial donde pueda cumplirse aquella expresión del saber popular sobre “el que la hace la paga” o “el que a hierro mata a hierro muere”. De esta manera, los laberintos personales de cada uno de los personajes trazan, en conjunto, un cuadro duro pero realista de las fisuras sociales y del nihilismo autodestructivo contemporáneo.
Me atrevo a decir que el relato se debate entre el sino y el voluntarismo, generando una sucesión de hechos virtualmente irrepetibles dentro de un infinito juego de posibilidades. Quizá es por eso que pese a quedar resueltos los trances más cruciales de unas vidas, fuera de tales honduras, la noche llora, con un llanto que no es solo la lluvia estacional, y que por eso se halla invadida por las sombras y por los silencios del alma.
La noche llora es un interesante logro de la periodista y escritora Arelí Araoz, que se suma a otros de sus galardones.
Arelí Aráoz de Jahnsen.- (Cuzco) Es periodista, docente universitaria, investigadora y escritora. Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la PUCP. Docente de la especialidad de Lengua y Literatura. Su novela Después del silencio obtuvo Premio Regional de Cultura 2007.
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