Luis Negrón Alonso
Sikuta
Dice Lauro Zavala: “La brevedad en la escritura siempre ha ejercido un gran poder de seducción. Entre las formas de escritura radicalmente breves con valor literario podrían mencionarse el haiku, el epigrama y la poesía fractal”. A nosotros nos seduce este relato de Luis Negrón, que podríamos calificar de flash cegador, porque deja una profunda impronta en el espíritu. (N. del E.)
En la esquina bulliciosa de una calle pueblerina, encima de sus manos cruzadas, apoyadas a su vez sobre un pequeño fardo abrigado por un lienzo tejido, multicolor, que posiblemente contenía algunos bocadillos hechos por sus desgastadas y extenuadas extremidades, destinadas para el expendio, dormitaba dulcemente una anciana de faz ajada por el tiempo y cabellos canos, ordenados, que delataban su transcurrida existencia.
A la sazón transitaba muy cerca a ella un visitante, quien risueñamente y con sorna preguntó: ¿Qué vende esa anciana?
Su interlocutor nativo le respondió serenamente: Esa anciana vende sueños y templanza, condimentos básicos para el tránsito del hombre por la vida.
Cuzco, 1° de mayo del 2007.
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