Rodolfo Sánchez Garrafa
Estamos
claros que la cruz es un símbolo bastante extendido en casi todas las
tradiciones y, desde luego, no es un descubrimiento nuestro que su concepción esté
vinculada, en un cierto plano, con una comprensión humana general del universo
(Guénon 1931). Es por eso que al tratar de esta representación en los Andes
actuales, encontraremos inevitablemente una suerte de aglutinación sincrética
pero mejor un acomodamiento de correspondencias, al par que elementos propios
de las vertientes culturales occidental y andina, pero también –más allá de las
particularidades y del sincretismo– es posible percibir expresiones
arquetípicas universales que vienen del fondo de la existencia humana.
Cruces de conquista, procesionales, de techo, familiares e incluso
personales, convierten la cruz en una enraizada manifestación de devoción
pública y privada. Las innumerables variantes de cruces que provienen de la
tradición cristiana se diferencian por sus atributos y advocaciones. Por ahora
la materia de nuestro interés es la llamada Cruz
del Camino, una representación religiosa que suele colocarse en carreteras,
pequeñas colinas, rotondas, a la entrada de los pueblos pequeños, etc. En zonas
urbanas, la encontramos en el encuentro de calles, en parques e incluso junto a
la fachada o atrio de las iglesias. Las cruces de Calvario, de los Caminantes o
de los Caminos, son cruces vistosas de diversos tamaños, hechas de madera policromada
y pintadas, preferentemente, de color verde. Las más grandes suelen estar
ubicadas en la cima de elevadas montañas, en los cruceros de caminos o
encrucijadas y en el atrio de las iglesias. Cruces mucho más pequeñas se
guardan en casas particulares al calor de la devoción familiar y de las
hermandades.
Con la evangelización que sobrevino en los Andes a partir del siglo XVI,
las cruces de Calvario fueron literalmente sembradas a la vera de los caminos y
superpuestas sobre antiguos lugares de culto prehispánico, esto es en las wakas, apachetas, y en la cumbre de los cerros, superponiéndose al culto
de antiguas wakas, apus descollantes y referentes de
estimación para los habitantes de aldeas próximas.
Fueron
los franciscanos quienes promovieron el Vía Crucis, como un medio adecuado de
sensibilizar a la población y hacer que ésta siguiese a Jesús en su recorrido doloroso
por las catorce estaciones de su camino de pasión y de sufrimiento que lo
llevarían al Gólgota. Correspondió así a los franciscanos, convertirse en los evangelizadores
más profundos de este continente, a fuerza de narrar de manera comprensiva a
sus pobladores originarios los misterios de la natividad de Jesús, su muerte, resurrección
y ascensión a los cielos.
Tanto las representaciones de Jesús-Niño
como las concernientes a la vida adulta de Jesús y, en particular, las de su
martirio y ejecución, fueron usuales en la religiosidad contrarreformista y constituyeron
la base del repertorio iconográfico que desde el siglo XVI en adelante tuvo
como cometido el conmocionar al evangelizado y, a la vez, transmitirle un discurso
directo, asequible y contundente sobre la salvación de las almas.
La Cruz del Camino
como discurso evangelizador condensado
La Cruz del Camino o Cruz del Calvario, condensa el llamado “misterio
doloroso de la crucifixión y muerte de Cristo”. Esta representación
iconográfica tiene un propósito evangelizador, ya que el discurso narrativo que
conlleva evoca los hechos ocurridos en el monte del Calvario o de “La Calavera”
donde acaba la vida terrenal de Jesús y, al hacerlo de manera elaborada y, al
mismo tiempo, directa, construye una escena que conmina a la contemplación y
meditación.
En el tema Crucifixión, según el testimonio de San Agustín, el Sol y la
Luna simbolizan la relación prefigurativa de los Testamentos cristianos: el
Antiguo Testamento o Luna, y el Nuevo Testamento o Sol. Dicho sea de paso, en
la antigüedad griega, el Sol-Apolo representaba el principio masculino y la
Luna-Artemisa el principio femenino. La Cruz del Calvario contiene una serie de
unidades simbólicas que se distribuyen tanto a lo largo del stipes o poste que marca la
verticalidad, cuanto del staurus o patibulum, puente que lo intersecta y
marca la horizontalidad. Estas unidades simbólicas son figuras diversas: Sol, Luna,
gallo, paloma, lanza, esponja, jarra, escalera, clavos, martillo, tenazas,
dados, paño de la Verónica, corona de espinas, túnica, sudario, trompeta,
balanza, espada, calavera y tibias, corazón, cáliz, escabel, soga, bolso de los
denarios, columna trunca, látigo, rayo, segueta o sierra pequeña, guante o
mano, libro, corona real, palma, cuerno, farol, y las siglas INRI o SPQR, unas
más y otras menos.
Significados básicos
▪ El Sol y la Luna, son los marcadores del tiempo. La
muerte terrenal de Jesús suscitó un gran acontecimiento cosmológico, tembló la
tierra y la luz dio paso a las tinieblas.
▪ El gallo, recuerda la negación de Pedro. Antes
que el gallo cantase, el pescador negó ser discípulo de Jesús hasta por tres
veces, conforme se le había anticipado.
▪ La paloma, su presencia concierne a la
resurrección, es el espíritu que Cristo encomienda al Padre eterno.
▪ Los clavos, el martillo y la tenaza, remarcan que el
hombre empleó objetos de su invención para consumar el martirio de Cristo.
▪ La columna, señala que Jesús fue atado para
recibir azotes. Nos muestra cómo el verdugo satisface el deseo de ver sometida
a su víctima y cómo es que el hijo de Dios se somete al fuero falible de las
leyes humanas.
▪ Los dados, están incluidos para recordar que al
pie de la cruz los soldados romanos dejaron que el azar determinase a qué manos
se iría el manto que cubrió el cuerpo de Cristo. El hombre indiferente ante el
sufrimiento ajeno adopta una conducta lúdica, incapaz de acceder a la esencia
de las cosas se contenta con la cobertura, con el despojo de la sabiduría,
mostrando al hombre más como carroñero que como animal de presa.
▪ El cáliz, supone la prefiguración del dolor y
el sufrimiento, la decisión de beber el trago amargo, vino con hiel, como parte
inherente a la tarea de redención de la humanidad.
▪ La tinaja y la palangana, rememoran a Pilatos
lavándose las manos, es decir exonerándose por la sangre del justo que ha de
pagar por los pecadores.
▪ El bolso de los denarios, representa las
treinta monedas que cobró Judas por entregar a su Maestro.
▪ La corona de espinas, simboliza el
sufrimiento que conlleva la representación de la humanidad a redimir y, en
general, el martirio a que fue sometido Jesús.
▪ La túnica, nos recuerda la vestidura
ensangrentada del Nazareno
▪ El farol, indica el momento en que los
acusadores de Jesús andan tras él en el Monte de los Olivos
▪ La mano, enfatiza la bofetada que Jesús
recibió ante el Sanedrín (consejo supremo de los judíos)
▪ El látigo, simboliza los azotes que recibió el
Cristo.
▪ Palo con esponja,
refiere el momento en que le mojan los labios con vinagre, estando ya en la
cruz.
▪ La lanza, simboliza el lanzazo que recibe en su
costado izquierdo
▪ La escalera, recuerda el momento en que es bajado
de la cruz para ser transportado al sepulcro.
▪ La sigla SPQR inscrita en la parte alta de la cruz, quiere decir: Senatus
Populusque Romanus, esto es “Senado y pueblo de Roma”, frase que a veces
reemplaza a INRI, que es la sigla más difundida.
▪ La sigla INRI que ocupa la parte alta de la cruz, y anota: Iesus Nazarenus Rex Iudeorum, o
sea “Jesús nazareno rey de judíos”, dicho en son de mofa y escarnio.
La Cruz de Camino como complejo simbólico en los Andes
En América y, especialmente, en los
Andes, fue la orden franciscana la que se distinguió por la veneración y
propagación del culto ligado a las escenas extremas de la vida de Jesús: su Infancia
y su dolorosa Pasión. La natividad de Jesús o Niño Manuelito fue propicia para
evocar el modo en que la humanidad y todos los seres vivos que habitan la
tierra surgieron en las paqarinas.
Jesús nace en una cueva y no necesariamente en un establo como lo indica el
canon navideño occidental cristiano. Ciertamente, la muerte de Cristo tuvo y
tiene como su símbolo por antonomasia a la cruz de madera en la que cuelgan
varios de los instrumentos utilizados en su martirio: corona de espinas,
esponja, lanza, martillo y tenazas; no obstante, la Cruz de Camino resalta como
un complejo simbólico en el que cristalizaron nuevas y antiguas significaciones.
No fue sencillo, obviamente, ajustar los eventos del imaginario
cristiano a las particularidades de la visión animada e interactuante del
cosmos que prevalece en el pensamiento andino prehispánico. Las naturales
contradicciones con las ideas que acompañan al santoral católico incidieron,
seguramente, en el poco éxito que tuvo la instauración del 14 de setiembre como
el día de la “Exaltación de la Cruz” en las proximidades del equinoccio de
primavera. En definitiva, la gran fiesta de la Cruz se consolidó en el mes de
mayo, pero el sentido del Velorio de la Cruz, adornada con cintas y papeles de
variados colores, no se limitó a expresar el sufrimiento del martirio de Jesús.
En el hemisferio sur, el mes de mayo corresponde a un momento avanzado de la
mitad solar del año, por lo tanto los rituales andinos del “Cruz Velakuy”
tienen que ver más con la resurrección de Cristo que con su muerte, lo mismo se
podría decir de la presencia de la Cruz en las grandes peregrinaciones de esta
temporada como la de Qoyllurit’i.
Las principales celebraciones de
la Cruz de Camino o del Calvario ocurren en el mes de mayo y en las
fiestas de carnaval; en estas ocasiones todo se vincula con la vida, con la
reproducción de las especies, con el florecimiento y con la fructificación que
sobrevienen al tinku cósmico o
encuentro entre el mundo de arriba y el mundo de abajo.
Sol y Luna conciernen a los mundos que alternan su encuentro con la
tierra habitada por los humanos. A la muerte de Cristo, el espacio-tiempo
diurno cede paso al espacio-tiempo nocturno de manera intempestiva. La hora de
la muerte es considerada un momento liminal así como el Calvario es un espacio
liminal. Si asumimos que el Sol se ubica hacia occidente, es un Sol que se
hunde y penetra en ukhupacha (el
mundo de adentro). La Luna se
ubica hacia el oriente. Ambas deidades han envejecido. En el hemisferio norte,
la disposición es inversa y esto influyó en casos que se hallan fuera de la
regla advertida. Sin embargo, la idea a considerar es que el paso del Sol Viejo
al cielo del mundo de los muertos testimonia, simultáneamente, el advenimiento
del Sol Joven y con él de un nuevo tiempo solar. La resurrección de Cristo luego
de su descendimiento a los infiernos (léase mundo de adentro o ukhupacha) alude al tránsito o retorno del
mundo lunar o de la noche al ámbito diurno. Muerte y renacimiento se dan la
mano en las celebraciones equinocciales. No otra cosa quiere decir la tradición
oral del Señor o Cruz de Tayankani, por ejemplo, revelado por el encuentro del
niño Marianito Mayta con el Sol Niño, vestido de una blancura extraña y
reverberante, planteando la inquietante presencia de un Cristo (el Señor de Qoyllurit’i)
y una Cruz (la del Señor de Tayankani) que más que dos tradiciones superpuestas
las vemos como una sola, la de correlatos sobre implicancias metafísicas de los
tinku equinocciales. Muerte y
renacimiento entramados en la alternancia del Sol Viejo y el Sol Joven.
La lanza apuntando hacia hanaqpacha
(el mundo de arriba), pasa a simbolizar la tensión del tinku o encuentro entre mundos. La lanza resulta una metáfora de la
serpiente que surca el espacio sideral y une los mundos, haciendo posible que
la sangre o energía vital del mundo de arriba anime a los seres de la interfase
terrestre y del mundo de adentro. Los flecos que a veces aparecen pueden
entenderse como las amarras que anclan o sujetan el extremo de un puente que
abre la puerta del empíreo. Otro medio de acceso entre mundos es la escalera, ya
que por ella transitan personajes mediadores que portan mensajes e
interrelacionan a seres de poder entre sí o a seres que donan energía/kamay a los humanos.
La
Cruz del Sur es una constelación rectora del hemisferio austral que destaca en
la astronomía de todas las culturas originarias del mundo andino. A partir de
su acuciosa observación y representación se habría creado el conocido símbolo
de la Cruz Cuadrada, llamada Chakana
en quechua y Jach’akh’ana en aymara. Astronómicamente,
la Chakana parece haber representado
el curso del tiempo anual. El eje horizontal indicaría los equinoccios y el eje
vertical los solsticios. Una característica es que el punto o área de encuentro
entre ambos ejes es el tiempo liminal por excelencia, quizá el Qorikancha tuvo
el mismo sentido como lugar de inicio del periplo solar.
En Lima, son numerosas estas cruces erigidas sobre la tradición andina; es
seguro que en siglos y décadas anteriores fueron más abundantes, pero pese a la
merma de las devociones muchas cruces conservan su prestigio histórico y el
carácter milagroso que le atribuye la fe popular. Existe una Cruz del Camino frente
a la iglesia de la Vírgen del Pilar, otra afuera de la Casa Moreyra, otra junto
a la estación del metro de Atocongo en San Juan de Miraflores, también hay una
muy conocida en la Avenida Roosevelt de Surco, otra junto al moderno hospital
de Essalud "Jorge Voto Bernales Corpancho", una por la Clínica
Geriátrica "San Isidro", en lo alto de un cerrito hay una gran Cruz
del Camino, es fácilmente identificable la que se halla en Javier Prado Oeste,
y varias en Caminos del Inca de Surco, hay asimismo una junto a la iglesia
matriz de Barranco, otra sobre una waka en Chorrillos y una más en la vía que
une Aguadulce con La Herradura. La cruz de camino más famosa en Lima parece ser
la Cruz de Yerbateros. Sería largo pero ilustrativo hacer un prolijo
inventario.
En varios sitios como en Chorrillos la Cruz fue erigida exactamente en
la cúspide de una waka piramidal y la
arquitectura de la Cruz de Javier Prado Oeste refiere puntualmente esa
asociación entre base piramidal y Cruz dominante de su cima. Es seguro que el
mayor número de cruces corresponde ahora a parques y cruceros peatonales, pero
también están presentes las erigidas en lugares de peligro como la del
acantilado de la Herradura. No falta una vivienda que en su frontis exhibe una bella
Cruz de Calvario obra de López Antay, se la puede ver en el Jirón Trujillo de
Magdalena del Mar que en alguna forma resulta también un lugar liminal de
tiempos contemporáneos.
Para no ir más lejos, considero apropiado volver a Guénon. La Cruz, vista desde los lados andino y cristiano, se muestra como un símbolo que tiene poco de histórico y que, por el contrario, expresa analógicamente la comprensión de grandes ciclos y la reconstitución ritual de un centro en una jerarquía relacional. La cruz tridimensional explica la realidad en la verticalidad y horizontalidad de los vectores del tiempo y el espacio. En la oposición y encuentro de rayo y lanza se replica el sentido del eje vertical de la cruz, cuya intersección con el eje horizontal nos descubre el corazón del ser universal.
Lima, agosto de 2012.
Referencia
René Guénon: El simbolismo de la Cruz.
Traducción de Le Symbolisme de la Croix.
Vega, 1931.
Gracias, he estado buscando hace tiempo una reseña y significado de cada pieza. Me ha sido muy útil.
ResponderEliminarExcelente artículo. Estuve también buscando información sobre la Cruz del Camino y por fin la encontré. Muchas gracias y sigue escribiendo más sobre nuestro Perú!!!
ResponderEliminarMe alegro que haya sido de utilidad. Si escribes algo al respecto me gustaría enterarme. Saludos amigo.
EliminarHasta que encontré información. Hay una cruz en el límite de Barranco y Surco en la calle Pazos cerca a los colegios Arnaez y Eguren. No se en realidad cuántos años que está allí. La simbología es muy interesante
ResponderEliminarPor favor, hazme llegar una fotografía. Te agradezco de antemano.
EliminarBuenas noches, la foto de la primera cruz, esta ubicada en la altura cuadra 13 de galvez varrenechea san borja..se llama la cruz de mayo de san borja esta ahi desde 1983, viene de otro lado traida por los devotos ..tiene su historia, se celebra su dia cada tercer domingo de mayo por sus devotos.
ResponderEliminarMuy agradecido apreciado amigo. Creo que alguuien debería indagar más sobre esta cruz ubicada en Gálvez Barrenechea ¿De dónde fue traida? y ¿Que es lo que motivó ese traslado? ¿Quiénes son sus devotos? Otra vez mil gracias.
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