domingo, 14 de febrero de 2016

EL AYLLU EN LA MODERNIDAD*

Rodolfo Sánchez Garrafa

El Ayllu en la modernidad, es el título de la más reciente entrega bibliográfica que nos hace Julio Gilberto Muñiz Caparó.1 Frente a un Estado miope que se limita a administrar la pobreza y la pobreza extrema, mediante programas básicamente asistencialistas, Muñiz Caparó propone constituir un “Gobierno Comunitario” que cuente con la suficiente autonomía como para constituir a las comunidades andino-amazónicas en células madre embrionarias capaces de gestionar la incorporación del espíritu corporativo y solidario del “ayllu” a la modernidad, a fin de proporcionar igualdad de oportunidades a todos los habitantes de la nación, en el seno de una democracia comunitaria donde coexistan ensambladas las diversas culturas de nuestro país.

Voy a hilar mi comentario a partir de tres ideas centrales que me obligan a dejar aspectos interesantes del libro, que sin embargo tendrían que entenderse a cabalidad luego de algunos deslindes que considero básicos. En un cuarto punto, agregaré reflexiones sobre algunos requerimientos de operacionalización que, a mi juicio, pesan sobre la propuesta examinada:

1.    Una propuesta que deriva de un análisis político

A mi juicio, la propuesta de Gilberto Muñiz debe examinarse y entenderse como plasmada en el marco de un análisis político. Su propuesta aborda expresiones del poder político nacional, sujeto a tensiones, contradicciones y cambios en cuanto a las concepciones del desarrollo que se manejan, implementan e instrumentalizan. En la base se encuentran convicciones como: i) Hay indiferencia frente a la pobreza (p. 5), ii) Hay improvisación y ausencia de programas planificados y concertados para tomar rumbo hacia un desarrollo sostenible y solidario que conjure las actuales desigualdades (p. 6, 7), iii) Millones de peruanos que conforman la base de la pirámide socioeconómica, constituyen un mercado potencial que hay que alentar para seguir creciendo, iv) A través de un pacto nacional se debe poner en marcha un Proyecto Nacional Concertado dentro de una democracia plural e intercultural (p. 9), y, v) El ayllu es la médula social de la cultura ancestral andina, robusta y vigente, una organización donde impera la reciprocidad, la solidaridad, la cooperación y el respeto por la naturaleza (p.13). A estos cinco asertos Gilberto Muñiz les suma dos verificaciones de hecho: 1) Ningún partido o movimiento muestra ganas de presentar un plan de desarrollo sostenido, inclusivo y racional que instituya el diálogo y la concertación (p.17), y 2) La cultura comunitaria en el mundo andino tiene una tradición ancestral que en la actualidad podría enriquecer los progresos de la modernidad (p.31, 41, 50-53 y 119-21).


2.   La gran tarea de la concertación nacional

Tratándose de una propuesta con ingredientes básicamente políticos sobre cómo provocar y conducir el cambio, no sorprende que implique como condición el logro de una convergencia en las percepciones y decisiones de los actores políticos. Según el autor es mediante una concertación nacional que podría establecerse una correlación de fuerzas dispuesta a converger y alinearse a partir de sentidos compartidos sobre el futuro nacional. El planteamiento elaborado al efecto, aterriza en la formulación de políticas públicas de orden constitucional, financiero, presupuestal, laboral (pp. 37-43, 124), que conllevan una real reestructuración del Estado y el perfeccionamiento de la descentralización política, fiscal y administrativa.

Acierta, sin duda, nuestro autor en su análisis de las experiencias de diálogo nacional y en la necesidad de impulsarlas para conjurar el visible resquebrajamiento de la gobernabilidad en nuestro país.

3.    Peruanizar la modernidad

El modelo comunitario, de hondas raíces andinas, pensado por Gilberto Muñiz, considera un necesario acoplamiento con las fortalezas de la globalización, en términos de asimilación racional de componentes de orden científico, tecnológico e informacional (pp. 126-30). Con este propósito, se señala cinco estrategias a incorporar en un pacto social: i) Revolución educativa para alcanzar la revolución económica del conocimiento, ii) Reparto equitativo de recursos a todos los sectores ciudadanos, iii) Predominante atención al medio ambiente y la biodiversidad, iv) Consolidación de una democracia comunitaria con respeto a las identidades culturales, y, v) Reforma radical del Estado con equilibrio de poderes.

Las estrategias enunciadas imbrican una peruanización de la modernidad con el largamente acariciado anhelo de peruanizar al Perú, esto es de hacer que el Perú encare su realidad, su historia y defina sus propósitos de futuro. Identidad con desarrollo y participación protagónica en la modernidad, podría resumir este planteamiento. Sectores lúcidos de la intelectualidad andina han manifestado precisamente que los quechuas y aymaras de los Andes no son pueblos cerrados en la resistencia a la modernidad ni mucho menos a la ciencia, la tecnología y la información. En el curso de su larga y profunda historia, los andinos se han identificado con la convivencia, el intercambio, la reciprocidad y el buen vivir (AQ Nº 17).


4.    Algunos requerimientos de operacionalización

La sana y, sin duda alguna, absolutamente bien intencionada propuesta de Gilberto Muñiz requerirá, sin embargo, de un conjunto de esclarecimientos, afinamientos, precisiones en una no poco ardua tarea de operacionalización. Esto es natural y previsible cuando se trata de llevar a la práctica postulaciones de orden político social general. Señalaré algunos requerimientos a guisa de contribuciones, en el entendido que pueden haber muchos otros a tener en cuenta.

4.1  La caracterización del ayllu contemporáneo.- Como sabemos, el ayllu fue una forma comunitaria de organización social andina prehispánica, constituida por una agrupación de familias cuyos integrantes se consideraban descendientes de un antepasado común remoto. En el ayllu se aglutinaban familias nucleares simples y familias nucleares compuestas, por lo que en sentido estricto era una familia extensa, denominada también familia de familias. Los miembros del ayllu, vinculados por relaciones de parentesco, cooperación y reciprocidad, poseían tierras en común y reconocían la autoridad de un jefe o kuraka.

Aunque el ayllu alcanzó un alto nivel de eficiencia organizacional y productiva, en particular durante la vigencia del Estado inka, debe tenerse en cuenta que luego de cinco siglos transcurridos desde la invasión europea, su estructura y funcionalidad se ha visto afectada en muchas formas y ha experimentado cambios según los contextos históricos y socioeconómicos que se han sucedido desde el siglo XVI en adelante. La utopía de permanencia inalterada de las llamadas comunidades indígenas no ha dejado de causar graves daños que han afectado al conocimiento de nuestra historia nacional, de la situación de las comunidades campesinas actuales, así como de sus posibilidades y expectativas de desarrollo.


Las llamadas comunidades indígenas contemporáneas se corresponden con realidades heterogéneas, tanto en términos de su composición social y estructura económica, como de sus contradicciones internas, sus relaciones externas y tendencias económicas y sociales. La diferenciación campesina es una realidad inobjetable.

4.2 La corrupción extendida en los niveles de gobierno descentralizado.- El 2013 la Contraloría General de la República estimó que la Corrupción en el Perú genera pérdidas por US$3.570 millones al año, afectando directamente a 9,6 millones de peruanos que viven en la pobreza, de los cuales casi 2 millones son considerados en extrema pobreza.

Buen número de presidentes regionales, ahora gobernadores, han sido investigados en los últimos años por corrupción, encontrándoseles responsabilidad. La corrupción a gran escala también se ha instalado en municipios provinciales y distritales, siendo igualmente investigados. Aún así, más del 50% de los sujetos a investigación resultaban postulando a su reelección. Dada la necesidad de que el Estado sea más incisivo en el control y fiscalización del uso de recursos públicos se ha recomendado aplicar una urgente reingeniería del sistema de fiscalización de la administración de recursos por los gobiernos regionales y municipales de todo el país. Este aspecto que, dicho sea de paso, no ha sido eludido por el autor del libro que comentamos (pp. 165-66), requerirá seguramente de un amplio debate, a fin de establecer la operacionalización de un eventual organismo rector y sancionador para el desarrollo descentralizado (p.44).


4.3 Un nuevo diseño constitucional del Estado.- Reestructuraciones radicales de la organización del Estado remiten, necesariamente a un rediseño constitucional. El consenso, para la teoría constitucional, es fundamental en la elaboración de toda carta política. Una dinámica de aproximaciones sucesivas, sirve para unificar lo diverso y da contenido homogeneizador a la Constitución. En el Perú, la regla del consenso funciono con la carta de 1979. Pese a que ninguno de los partidos o movimientos representados en la Asamblea Constituyente alcanzaba mayoría, hubo niveles de acuerdo indispensables que le dieron coherencia a la Carta Magna resultante.

En cambio, los ejes del modelo de la carta de 1993 son el liberalismo a ultranza en lo económico y el autoritarismo presidencial en lo político. Su fuente de inspiración ideológica proviene del neoliberalismo. Ya sabemos que entre las consecuencias mayores de las reformas neoliberales están: la profundización de la diferencias sociales, la exclusión, marginación, precarización del empleo, vulneración sistemática de los derechos fundamentales de las personas, legitimación del poder dictatorial de quien ejerce la Presidencia de la República, desequilibrio y subordinación de poderes respecto al ejecutivo, privatización de los servicios públicos y transnacionalización de la economía.

Si bien es cierto, que la propuesta de sociedad comunitaria, que formula Gilberto Muñiz, pugna por una democracia comunitaria que dote al ayllu de un rol decisivo en la modernidad, también es cierto que lo hace alentando su accionar dentro de una economía de libre mercado (p.11), alimentando el mestizaje social, cultural y económico (p.15) muy a tono con los planteamientos doctrinarios del partido que fundara el arquitecto Fernando Belaunde Terry. Pero es claro que una sociedad comunitaria desde el mestizaje, viene a ser un planteamiento de renuncia a la unidad en la diversidad y ese es un punto seguramente discutible que ha de preocupar a las etnias nacionales.

Está vigente el ejemplo boliviano que viene sorteando la turbulencia económica mundial con alguna soltura, gracias a las previsiones adoptadas para estimular el mercado interno y no depender exclusivamente del externo. Entre otros aciertos se halla la decisión de afianzar la función planificadora del Estado, su capacidad de invertir en el sector productivo y de redistribuir el excedente, orientándolo hacia los sectores que habían sido tradicionalmente postergados.

Ahora que nos hallamos a puertas de inaugurar un período de gobierno de derecha, pareciera que planteamientos progresistas como el presente tuvieran mar turbulento, pero no habría que descartar que por una vez en la vida la derecha apelara a toda su inteligencia para convertir el nuestro en un país industrializado optando por identificar rumbos comunitarios que nos den la oportunidad de cohesionar a la sociedad en su conjunto.


No he podido evitar ser extenso en mi comentario, por lo que me disculpo, pero un libro de la riqueza de ideas como lo es “El ayllu en la modernidad” así lo demandaba. Concluyo haciendo una invitación a viva voz: Todos a leer el libro de Gilberto Muñiz Caparó.

*El ayllu en la modernidad. Libro de Julio Gilberto Muñiz Caparó. Inversiones VLA&CAR SRL, Lima 2015. Rodolfo Sánchez Garrafa leyó este comentario la noche del 13.02.2016 en el local de la Asociación Provincial Canchis de Lima.
[1] Julio Gilberto Muñiz Caparó, periodista y radiodifusor, fue alcalde del Cuzco, diputado nacional, Secretario General de la Presidencia de la República en el gobierno del Presidente Valentín Paniagua. 

Lima, febrero de 2016.



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