viernes, 12 de febrero de 2016

“AQ” UNA GESTA POR LA IDENTIDAD CULTURAL*

Rodolfo Sánchez Garrafa

Desde un punto de vista antropológico el término "identidad" se vincula con conceptos de pertenencia, voluntad colectiva, creencias e intereses compartidos, sentimiento de ser parte de una colectividad, etc. Es en este sentido que puede hablarse de “identidad de grupo”, “identidad cultural”, “identidad regional”, “identidad étnica”, “identidad nacional”. He creído pertinente exponer algunas consideraciones sobre la orientación identitaria seguida por la Revista Intercultural "AQ", que son destacables al momento de presentarles su Nº 17.

1.    La identidad cultural en el ideario de “AQ”

El equipo de “AQ” a través de su ya significativa trayectoria no ha cejado en su propósito de colocar en el núcleo de la preocupación de los pueblos originarios de los Andes: los aymaras, quechuas y amazónicos, los andinos en general, el asunto de nuestra identidad cultural.

§  Hemos pensado y transmitido nuestro convencimiento de que la conciencia de nuestro ser cultural es la llave de entrada a un tiempo que debe estar signado por la inclusión, la equidad social y la amplia participación socio política.

§  Afirmamos que el reconocimiento del ser aymara, quechua o amazónico, son procesos que requieren de una maduración constructiva. No se dan por sí, se construyen. Se construyen a partir de la conciencia de identidad y, lo que es fundamental, mediante la asunción de nuestro ser cultural como sustento de un proyecto de vida. AQ ha contribuido al reto de construcción teórica y práctica.

§  Nuestra tarea ha incidido por igual en el fortalecimiento de la identidad de cada uno consigo mismo, con la realidad en que se desarrolla nuestra cultura y con nuestra historia colectiva.

§  En cuanto a la identidad consigo mismo, AQ ha mostrado una imagen positiva y ajustada de los andinos y amazónicos, de su campesinado, su empresariado, sus profesionales e intelectuales. Hemos contribuido a elevar la autoestima, la confianza y seguridad en nuestras propias capacidades.

§  En cuanto a la identidad con la realidad en que se desarrolla nuestra cultura, ha sido permanente nuestro esfuerzo por valorar la herencia social andina, el patrimonio natural y cultural que hemos recibido de las generaciones que nos precedieron, pero también hemos destacado que somos poseedores de una reserva cultural que es el germen de nuestra actual potencia creativa.

§  En cuanto a la identidad con nuestra historia colectiva, somos claros en señalar que nuestro orgullo étnico no nos lleva a soñar con la restauración del pasado, sino a forjar la grandeza de una patria sobre la base de la comprensión de nuestro propio ser cultural y la solución de las necesidades apremiantes de protección ambiental, fortalecimiento cultural y lingüístico, desarrollo integral de las poblaciones, movilización política y proyección global de nuestros pueblos en el marco del desarrollo científico tecnológico contemporáneo.


Es justo reconocer que el desarrollo de la conciencia histórica es una elaboración que partiendo de la conciencia de sí mismo y del grupo social inmediato, progresa hacia la conciencia de pertenecer a una cultura específica y a una gran unidad que, en nuestro caso, es la nación peruana.

2.  La representación político democrática
     de los pueblos andino amazónicos

Esta es otra de las preocupaciones sustantivas que ha confrontado “AQ”, teniendo en cuenta que los pueblos andinos y amazónicos carecen en el Perú de una real representación política democrática. Consideramos que las conquistas futuras exigen superar la falta de plataformas organizativas y liderazgos coherentes en torno a la diversidad cultural como proyecto social. Es preciso ir más allá de los discursos de reivindicación y del uso meramente folklórico de las expresiones culturales.

§  Para “AQ”, consolidar una vanguardia cultural es una necesidad imperiosa de los pueblos andinos quechuas y aymaras. Es dable pensar que esta tarea es actualmente posible, y lo será más en cuanto se decida convocar a los sabios de los propios pueblos, sumando la experiencia rica y variada de los migrantes y el aporte de las nuevas generaciones que en general han alcanzado niveles superiores de escolaridad.

§  La principal propuesta política de los movimientos indígenas latinoamericanos se encamina a la descolonización cultural y a la conformación de Estados plurinacionales. Debemos aclarar que este horizonte no conlleva inclinación alguna al separatismo o a la ruptura de la unidad nacional de los Estados. Se trata en todos sus extremos de una propuesta de reformulación democrática del diseño del Estado.

§  “AQ” es uno más entre los múltiples indicios de afirmación de los pueblos andinos, en búsqueda de contrarrestar activamente la estrategia de invisibilización de los pueblos andinos y amazónicos que ha venido predominando hasta hoy. Los andinos y amazónicos existimos y este es un hecho, como que no se puede tapar el Sol con un dedo. Estudiosos como M. Suxo (2008) han puesto de relieve, desde dentro, el papel de la etnicidad, es decir, la identidad andina (otros lo vienen haciendo también desde el seno de sus respectivos pueblos). La introducción de la racionalidad andina y la práctica de los valores comunitarios en procesos económicos complejos han mostrado eficacia en la gestión de empresas que atienden a los requerimientos del mercado. Formas de vida particulares, con capacidad adaptativa y creadora, pueden técnicamente servir de soporte al desarrollo económico de la población originaria en el contexto de la globalización.


El camino apunta a la obtención de una representación política auténtica y a la apertura efectiva de espacios de interlocución entre el Estado y las organizaciones andino-amazónicas deseosas de aportar propuestas para edificar una sociedad moderna con respeto a la diversidad cultural.

Este es hermanas y hermanos quechuas y aymaras, hermanos andinos del Perú, un apretado perfil del ideario que ha sostenido la labor cumplida por “AQ”. Sean mis palabras finales las de reconocimiento al esfuerzo desplegado sucesivamente por personas como Bartolomé Mamani Humpiri, Pacha J. Willka, David Quispe Machaca y Porfirio H. Calsín Zapana, quienes han tenido en sus manos la responsabilidad de coordinar la edición de cada uno de los diecisiete números de “AQ”. Honor y mérito a quienes dan su sangre y sudor por el mejor  destino de los pueblos andinos.

* Texto de la exposición que el autor hiciera en la Casa Museo Mariátegui de Lima el  03.11.2015, con motivo de presentar el número 17 de la Revista Intercultural Aymara-Quechua “AQ”.


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