Escrito por Wilder
Jaramillo Hualpa*
Sol
radiante. Día viernes 8 de marzo de 2013. Quien escribe no recordaba ya con
exactitud las muchas veces que había caminado por los mismos lugares,
observando el verdor del valle interandino de Samanga, contemplando las mismas
aves y escuchando sus lindos cantos. Los mismos cerros encerrando sus misterios;
aspirando esa fragancia a agua, tierra, raíces y hojas de las plantas y
observando fascinado las muchas piedras con grabados. Añorando tiempos lejanos,
recordando tiempos de lluvia cuando las gotas estremecían las tejas puestas en los
techos de las viviendas con unos sonidos descompasados y muy fuertes. Podía
ser de noche o de día, era igual, y se podían oír truenos a lo lejos, quizá en
el lado ecuatoriano o por el cerro Mayordomo, retumbando e imponiendo respeto.
Gladys
Nole, directora de la Institución Educativa de El Toldo caminaba junto a un
grupo de niños por los terrenos del señor Eusebio Girón limpiando los caminos
de acceso a los Petroglifos y dando respuesta a la incesante carga de preguntas
de los niños sobre el significado de la llamada “piedra de los pies estilizados”. Algo complicado explicar la
función, mensajes y significado de los monumentos con litograbados. Lo mejor es
obviar sutilmente la respuesta y girar hacia las leyendas, ¿por qué no hacerlo?
La leyenda sobre el Kuraka descalzo de Samanga que de tanto pararse sobre una
piedra para observar a una hermosa doncella que vivía con su viejo padre en el
cerro La Cruz termina por dejar estilizados las huellas de sus pies en la larga
piedra, es interesante y merece ser narrada.
Pero no solo es la directora de la Institución Educativa y su grupo de alumnos del cuarto grado de primaria que están realizando acciones de conservación de los Petroglifos. También la acompañan otros docentes, aunque cada uno de ellos y ellas en otros sectores de El Toldo con su propia brigada de alumnos, reconociendo y valorando la comunicación visual de mensajes probablemente de tipo religioso de nuestros antepasados.
Milton
Abad Chamba y otros nueve amigos de El Toldo nos acompañan. De Ayabaca hemos llegado
seis personas: Adalberto Troncos Troncos, Alex Pintado Reyes, Amelia Herrera, David
Huacchillo, Rodrigo Carpio y mi persona. Somos dieciséis personas que
integramos la familia del CETPRO de Ayabaca, del curso de “Atención al Turista
y Conservación del Patrimonio”. El interés que nos mueve a todos es uno:
Identificar, valorar y conservar los recursos arqueológicos y naturales de
nuestra Ayabaca.
Ellos
caminan a mi lado mientras a mi mente las palabras del estudioso ayavaquino Raúl
Zevallos Ortiz me caen como los rayos del sol. Teniendo presente que la tierra
es nuestra madre y que esta viva. Y que para curarse de ese olvido, uno debe
salir a caminar, con el cuerpo y con la mente, para reconocer la sangre de la
tierra en el agua que bebemos, para sentir en las piedras, los propios huesos
de la tierra, para llenar los pulmones con el dulce aliento de la madre tierra,
y para sentir que nuestros latidos son la vida que ella nos regala; para
entibiar el alma con su calor y su fuego, que se enciende con el sol.
Sabemos que no solo las malas noticias se deben difundir. Y también perfectamente sabemos que falta muchísimo por hacer para el cuidado de los Petroglifos. Pero para ello tienen que pronunciarse las autoridades competentes. Y si es verdad que gente inconsciente - niños quizás, o algún visitante - se han atrevido rayar algunos piedras con grabados; es también digno de reconocer que muchas personas están apostando por el cuidado de los recursos turísticos de nuestra provincia. Empezando por los moradores de El Toldo quienes han formado un comité de “Gestión del Patrimonio Cultural y Turístico”. Del interés del señor Rafael Sime Méndez, director de la Dirección Regional de Cultura de Piura. De la buena visión del director de la UGEL de Ayabaca, Mg. Luis Llacsahuanga Granadino, y del director del CETPRO de Ayabaca, Prof. José Gilberto Granda Gálvez, quienes preocupados por la conservación del Patrimonio Cultural y Natural de Ayavaca dieron apertura al modulo de “Atención al Turista y Conservación del Patrimonio” en el Centro de Educación Técnico Productiva de Ayabaca.
El
Toldo de Samanga y las enigmáticas piedras con dibujos esperan a los turistas
para que admiren la comunicación ideográfica de conceptos simples o complejos
simbolismos religiosos por medio de figuras y simbolismos remitiéndonos a un ámbito
filosófico complejo como es el del dualismo andino.
La piedra de los pies estilizados y la laguna prieta
La
primera pregunta que nos conduce a la leyenda de origen de la Laguna Prieta,
tiene sus huellas en las conversaciones de una tarde, realizadas en medio de la
majestuosidad del valle interandino del Samanga. Me encontraba reunido con los
alumnos del módulo de “Atención al Turista y Conservación del Patrimonio” y con
un grupo de comuneros observando la belleza y el verdor del valle, cuando
pregunté, como quien da un paso a tientas en la oscuridad: -¿Qué sabemos de
Samanga, de su antigüedad?
Uno
de los presentes responde: -“Samanga
es una comunidad arqueológica donde se encuentra uno de los mayores complejos
de petroglifos del Perú. La cosmovisión de nuestros antepasados está grabada en
esas inscripciones en piedra que representan sus conocimientos sobre la
naturaleza y el hombre, sobre el tiempo y la astronomía”. La respuesta parece correcta,
pero tiene un poco de frialdad, le falta el calor y la voz del terruño.
Caminamos hasta llegar a la “Piedra de los Pies Estilizados” y ahora tenemos una segunda pregunta más directa: -¿Cuál puede ser el origen de este dibujo en la piedra?
Contesta
don Sérvulo, hombre alto, blanco, de ojos grandes y pelo negro:
-“En lo que actualmente es el Toldo de Samanga, vivió un venerable Kuraka, jefe de los antiguos Samangas, quien alternaba el pastoreo, la casa y la escritura en la piedras. “En aquellos tiempos, a la hora en que el sol empezaba a mostrar su presencia, el curaca aprovechaba ese instante de luz para mirar con asombro a una hermosa joven que habitaba con su padre en el Cerro La Cruz. Cada día que pasaba, la joven embellecía más y más, mientras parecía aumentar su indiferencia ante las atenciones de aquel curaca enamorado. Un día, la bella mujer se enteró que existía un arreglo para hacerla casar con su pretendiente, entonces decidió abandonar su hogar y se dirigió corriendo como una veloz gacela hacia las desérticas pampas de Huamba.
El curaca resignado y sumiso, volvía todas las mañanas y se mantenía de pie por largas horas, sobre la misma piedra alta y larga que anteriormente había sido su punto de observación, desde donde podía ver a su doncella que habitaba al pie del Cerro la Cruz. Se dice que la presencia prolongada del curaca en ese lugar llegó a hundir la piedra, dejando impresas las huellas de sus pies para toda la eternidad.
El cerro La Cruz es conocido hasta la actualidad, pero nadie ha vuelto a ver a la bella fugitiva. La piedra donde el curaca se mantenía de pie continúa en su lugar y hasta hoy muestra las huellas dejadas por el Kuraka enamorado”
La hermosura de aquella joven legendaria también nos
seduce, queremos buscarla en la memoria de la gente y preguntamos ¿qué fue de
la doncella?
Ahora, es el presidente de la comunidad, con su poncho marrón cortito, sus ojotas viejas y su pantalón azul parchado el que responde, levantando la mirada del plano que marca los linderos de Huamba y Samanga:
-“Ella era una mujer bellísima, no hay palabras para describir su belleza. Era alta y caminaba con la gracia de una gacela, tenía el cabello como los rayos de sol y su piel reflejaba la luz como la luna. Sus ojos tenían el color de las hojas tiernas de las plantas, toda ella era perfecta, ¡dicen que era una diosa!”.
Después de abandonar a su padre, la joven recorrió un largo trayecto y se internó en Huamba -continuó hablado el hombre de poncho y ojotas-. Se encontraba sola, con hambre y con sed, estaba muy desilusionada con su suerte y lloraba las veinticuatro horas del día. Sentía una pena infinita por haber dejado a su viejo padre en El Toldo, pero ya no podía regresar. Fueron abundantes sus lágrimas que llegaron a formar una laguna. Hasta hoy el cuerpo de la doncella está perennizado en roca viva y de uno de sus ojos nace el agua que sigue alimentado la laguna”.
-“Y
¿qué otras historias tiene la Laguna
Prieta? -Contesta
don Jacinto, hombre de contextura gruesa, piernas cortas y torcidas, cara
pequeña, piel blanca y pelo castaño:
-“Antes era brava, sobre todo cuando venían algunos visitantes de mala fe con la intención de robarle los regalos que le dejábamos. Entonces, cada año se comía a uno de esos atrevidos. Un día, un muchacho de un lugar lejano se atrevió a insultarla y burlarse de sus poderes curativos, quiso quitarle los perfumes y las ofrendas que le habían dejado. Horas después, créame, lo tuvimos que amarrar en la mula para poderlo traer de regreso. Gritaba, lloraba y se sangraba todo el cuerpo con la uñas, ¡soy el Kuraka!, ¡soy el Kuraka!, decía, y nosotros: ¡no le robes!, ¡no le robes a la laguna!, le pedíamos suplicando, pero el insistía que ella no necesitaba plata, ni perfumes, ni licores, ni nada. Después de robarle se alocó horrible el hombre”.
Llegamos
a Huamba al medio día, el maestro curandero que hemos contratado deja su pesada
alforja a un lado y señala un punto entre las faldas del cerro: -“Por ahí, por
ese hueco de la peña, sale el agua que alimenta a la laguna, antes eran dos,
¡los dos ojos verdes de la doncella! Ella sacrificó uno de sus ojos para
ofrendarlo y terminar con su belleza, que era causa de su desgracia”. Alguien le pregunta,- ¿y cómo
calmaron a la laguna? El maestro responde: -“Para calmar
a la laguna gestionamos la llegada del padre César Girón y entonces, con todos
los comuneros cargamos una cruz blanca, la subimos y terminamos por ponerla
ahí, sobre esa pampa”.
Levanté la vista y era cierto. Había
una cruz blanca y de sus brazos colgaba una corona descolorida y casi
destrozada, que se movía levemente con el soplo del viento de las alturas.
El maestro continuó: - “Ahora está
linda, señores, miren, miren. Ahí tenemos hierbas curativas en todo el entorno
de La Prieta, ahí está la achupalla del oso, la hierba del desprecio, el tabaco
del inca, masache, tricachi, siete ornamos, coyuma del cerro, y más…Allá al
otro lado de la laguna, al fondo, miren, esas son las hierbas finas o del
florecimiento para el futuro. Esa se llama la hierba del buen querer; está, la
hierba de la vergüenza; aquella, la hierba de la fortuna. Son incontables las
hierbas”
Entonces, entendemos que no se trata de robarle a la laguna, si no de pedirle y agradecerle dándole regalos, pero - ¿Hay algo más que podamos darle a cambio?¿qué homenaje podemos hacerle a la laguna? le pregunto al maestro. Ante la pregunta, el maestro curandero se acomoda el largo sombrero blanco, levanta los brazos y los extiende con movimientos enérgicos. - Todos lo miramos atentos y el maestro dominador de la laguna levanta la mirada al cielo, forma dos puños con las manos y declama el poema del gran poeta ayabaquino Félix Carmen Morocho:
Laguna Prieta que naces/ en la cordillera helada/ Cuidarás de la gacela/ que su fuego ardiente apaga/ en tus cristalinas aguas/ desdeñando tu hermosura.
Laguna Prieta/ doncella/ Tus lagrimas me acompañan/ en las noches solitarias/ cuando el frío me abraza/ cuando mi alma desesperada/ quiere conciliar el sueño/ para soñar con mi amada.
Cuántas noches he llorado/ debajo de tu enramada/ Donde un ave sin nido/ como yo/ me acompañaba.
Como la pobre gemía/ del anochecer a la aurora/ de ella yo no sabía/ si es que cantaba o lloraba.
Laguna Prieta/ mi amada/ cumplamos nuestro destino/ Tú, fecundando la tierra/ Yo cultivando conciencias/ Tú irrigando sementeras / Yo allanando caminos.
* Wilder Jaramillo Hualpa. Coordinador Cultural del
Ministerio de Cultura en Ayabaca – Piura. La leyenda que comparte en este
artículo fue publicada en el libro “Huamba y sus Lagunas Indómitas”, con la que el autor obtuvo el segundo premio
en el XII concurso de Cuentos y Leyendas regionales 2001 organizado por “Radio
Cutivalú”.
Felicitar a quienes hacen posible la promoción e conocimiento de una huella tan importante, presente en esta parte del Perú, como testimonio viviente del poblamiento del hombre peruano.....
ResponderEliminarLA MEJOR DE LAS SUERTES.....A PESAR DE LA FALTA DE APOYO DE LAS AUTORIDADES:NO DESMAYAR, ESE DEBE SER EL LEMA.
felicitaciones!!! hermoso. necesito visitar aquel lugar, no puede ser que
ResponderEliminarno lo haya hecho antes.
éxitos y gracias por ayudarnos a conocer las riquezas de nuestro país.
Gracias por vuestros comentarios apreciados amigos Andrés Carrión Cueva y Mar Chj, siempre serán bienvenidos.
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