Rodolfo
Sánchez Garrafa
La
niebla resiste que resiste
La
niebla densa en su misterio
persiste
llegado el momento
llegada
la hora cede el paso y se disipa
Abre
sus pasmados ojillos
y
deja ver la alborada
la
masa de multicolores lanchones
la
encantada tropa de pescadores
que
entra en nuestras vidas
y
las recorre de canto en canto.
En
este tiempo no dura tanto la claridad
Ni
contento ni triste el atardecer
se
viste de nuevo
en
las aguas de altura
con
sus veladas gasas
con
su manto de sombra pajarera
que
entre espejeos fantasmales
se
pierde en este tiempo
yo
hago ovillos de mis nervios
y
tendones maltrechos.
A
dos manos y de frente me tomo
una
infusión caliente
de
anís y menta (rea)lidad
en
el bullicioso mirador
para
ver si en la densa niebla
que
en verdad no recula en los
acantilados
se yerguen aun
los
amores hechos roca eminente
al
otro lado del puente que suspira y
bifurca
el apostadero de las gaviotas.
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