Rodolfo Sánchez Garrafa
Hay días que nos obligan a pensar
los problemas de la vida a martillazos
propinados en nuestra dura cabeza
Días en que las ideas se hacen barullo se anudan
dejan de fluir y se paran como bestia que
en la obscuridad ha visto un fantasma
En que además las ideas machacan una y
otra vez con irreverente e inclemente fuerza
Días en que las ideas dan vueltas sin sentido
en que nuestra mente es una centrifugadora
donde tiende a huir el objeto revuelto
que en vilo nos mantiene.
Pero nada de nada y la incapacidad de pensar
con orden produce dolores malgenio
mareos irritabilidad urticaria
inseguridad ante el futuro que viene encima
y ante el pasado que insiste en roernos
el corazón maltrecho.
Hay días de miércoles en que el revoltijo
de los demonios que asedian
tiene que ser cortado de un tajo con un corte
de cirujano en un plato de tallarines
Días en que las
ideas de posesión tienen que
ser dosificadas sin excusa alguna.
¡Claro que las ideas ocupan espacio!
¡Cómo explicar sino que el cráneo nos estalla
y que no queramos escuchar ni una palabra más?
¡Ah! La noche no es la mejor amiga para curarse
de los petardos de contienda inopinada
y de nada sirve la almohada en estos casos
Ahora que la
salida del sol me encuentra exhausto
quiero una cabeza a prueba de balas
una cabeza sin tornillos que ajustar
una de chorlito por último o una de alcornoque.
¡Auxilio San Cipriano! ¡De los rayos y centellas
en mis lóbulos cerebrales Santa Bárbara libérame!
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