Don Moisés Tello Palomino, uno de mis recordados maestros de la secundaria en la ciudad del Cuzco, decía que “Galileo midió el tiempo por los latidos de su pulso”. Cincuenta años después puedo decir, por mi parte, que la intensidad del tiempo vivido puede medirse por la profundidad de los recuerdos que la experiencia logra imprimir en la memoria, sea que ella repose en el cerebro o en el corazón. Si esto es así, diría también que ha valido la pena vivir y espero que aquellos jóvenes que conformaron conmigo la Promoción Cienciana de 1961, que este año cumple sus Bodas de Oro, compartan este aserto. A todos los tengo presentes, de una u otra forma, y les guardo un profundo aprecio, un aprecio sincero y fraternal.
Hace unas semanas, sin mediar un motivo preciso, evoqué la imagen de algunos de mis condiscípulos, de aquellos sobre los cuales dejé de tener noticia por casi medio siglo. Entre ellos se abrió paso el recuerdo de R.B.T. Éstas eran las conocidas iniciales de uno de mis inquietos compañeros, carismáticos y, de alguna manera, experimen-tados, teniendo en cuenta nuestras edades y limitado conocimiento directo del ancho mundo, pero principalmente del mundo ajeno. A Raúl Béjar Tapia, le había conocido yo un par de años antes, pero era ese año 1961 que habíamos compartido más cercanamente algunos intereses, la literatura, la historia quizá, no lo podría precisar ahora, tal vez él pudiera recordarlo. Es probable que le llamara la atención mi destacado rendimiento escolar. A mí me había impresionado desde años atrás su buena modulación de voz, su buen gusto para cantar rancheras, entre sus favoritas recuerdo El Jinete (le salía bien el falsete) y el éxito que lograba con sus narraciones simuladas de partidos de fútbol. En el Quinto de Secundaria ya no hizo mucha gala de estas habilidades.
Un día Raúl me invitó a dar una vuelta por la Plaza de Armas, era algo que hacían por lo general los alumnos mayores del salón. Dar vueltas por el centro de la ciudad, pararse a la salida de las alumnas de los colegios de Santa Ana, María Auxiliadora o Las Mercedes, ir a jugar una partida en uno de los billares concurridos, eran las prácticas rituales de los jóvenes más cuajados y “cancheros”. Lo que hicimos fue entrar a un café y tomar un par de tazas de esta bebida caliente para acompañar una charla que me pareció bastante seria y hasta ahora me resulta memorable. Raúl invitó, es bueno decirlo. Supongo que hablamos de los compañeros, de los maestros, del Cuzco y de la vida. Me gustó la experiencia, compartida con un amigo que no solía frecuentar y que no formaba parte de mi estrecho círculo de íntimos.
Algún tiempo después, cuando ya habíamos dejado el colegio, solía escuchar a Raúl por Radio Cuzco, era ya un locutor popular de la Red Bicolor de Radio Difusión, con un desenvolvimiento que podía equipararse a los mejores que podíamos escuchar en emisoras de Lima, la capital del Perú. Destacaba Raúl, sin duda, dada su juventud. Pasaron los años. Mis estudios en la universidad y, luego, lo que serían mis recorridos constantes por el país, me hicieron perder contacto con R.B.T. Alguien me dijo una vez: ‒Vive en Buenos Aires, es un hombre de radio que se ha hecho un nombre‒. Lo admiré. Aunque son muchos mis amigos que migraron tempranamente a otros países, seguramente éste era uno de los primeros casos en que podía percibir que alguien conocido por mí había sido capaz de labrarse por sí mismo, sin ayuda de papá, un camino en tierras extrañas.
Tengo que saber de R.B.T.‒me dije. –Tengo que ubicarlo. Dicho y hecho, me puse a rastrearlo en la web, como hace mi hija cuando quiere encontrar a alguna de sus antiguas compañeras. No es mucho lo que pude averiguar, pero es lo suficiente para confirmar lo poco que de él había llegado hasta entonces a mis oídos. Raúl Béjar Tapia es un conocido locutor, poeta y maestro de ceremonias en Argentina. Seguramente estuvo en Buenos Aires y luego pasó por otras ciudades, pero un día recaló en Córdoba, donde es conocido cariñosamente como el “peruano-cordobés”. No estoy seguro de contar las cosas con rigor cronológico, pero se recuerda que estuvo en LW1 Radio Universidad 580 con su programa “Persona a Persona” conducido en vivo y por el cual han pasado infinidad de figuras de renombre en el mundo del arte y del espectáculo. Su voz pasó por Radio Jóven FM en 88.5 MHz. Se sabe también que entregó muchos años de labor a Radio LV2, perteneciente a la empresa Radiodifusora del Centro S.A –propiedad del Grupo Vila-Manzano‒ que hacia el 2010 enfrentaba responsabilidades económicas frente a sus trabajadores. En la lucha por el respeto a los derechos laborales, y por mantener la radio en el aire, estuvo R.B.T. junto al resto de sus indoblegables colegas.
En la actualidad Raúl Béjar Tapia participa en la nueva web de Multimedio Portal, proyecto que nace de la necesidad de generar nuevas tendencias en los medios de comunicación, para llegar con una programación fresca, dinámica y actual a los más variados rincones del globo, desde el Interior de la Provincia de Córdoba en la República Argentina. Radio Portal es una emisora local de FM, pero con una activa presencia en la Red de Redes. R.B.T. trabaja junto a más de treinta profesionales de diversas áreas (entre los cuales cabe mencionar a Luis Payleman, Hugo Ceñal, Verónica Roccia, Ulises Argüello, Marcelo Gamna, Mario Goldmman, Juan Carlos Esposito, Mabel Pramparo, Norberto Spangaro), para un universo de más de 190.000 radioescuchas mensuales de distintos lugares del planeta. A principios de este año su radio empezó a planificar el lanzamiento de su Canal de TV abierta y, desde el mes de mayo, cuenta con una transmisión de 24 Horas diarias desde la web, para ampliarse en breve a la TV abierta por aire en el Valle de Punilla.
Un seguidor de Raúl Béjar Tapia recupera para nosotros un poema de su creación, escrito en homenaje al Belgrano, el equipo de sus amores. Dice así:
Mientras la tarde soleada de un domingo cualquiera;
lleva a puntapiés el esférico. Lo envían
de un lado a otro, de aquí para allá,
entre el dolor de ser arrastrado, y la alegría de sentirse ovacionado.
Cuando los gritos de miles de asistentes, absortos
escuchan un coro de ¡gol! el descanso llega al
marco parecido a una telaraña gigante que llaman red....!
Mientras transcurren los minutos y la madre está
cepillándose los dientes, hay una voz que se escucha;
resonante, Ruben Torry; gritando más fuerte que su garganta....
es el gol!. Viceras, gorros y papelitos se descuelgan desde el cielo.
Belgrano, titanes de la redonda, que se pasean,
plácidos en el verde césped.
Belgrano tienes los colores del cielo y llevas el nombre
del máximo prócer de la independencia americana.
Belgrano, te grito en mi garganta y cuando sueño
descansas en mi pecho.
Belgrano, en las tardes de sol, acariciaste mis ojos.
Belgrano, he de jugar contigo, hasta después de la muerte.
Belgrano, te llevo en mi sangre, te acurruco en mi mente.
Belgrano, lo que más quiero en el mundo, es mi
madre y tú....
¡el papá de todos!
El admirador de R.B.T. concluye: ‒Ese final me emociona, vamos Belgrano mierda!!!!!
lleva a puntapiés el esférico. Lo envían
de un lado a otro, de aquí para allá,
entre el dolor de ser arrastrado, y la alegría de sentirse ovacionado.
Cuando los gritos de miles de asistentes, absortos
escuchan un coro de ¡gol! el descanso llega al
marco parecido a una telaraña gigante que llaman red....!
Mientras transcurren los minutos y la madre está
cepillándose los dientes, hay una voz que se escucha;
resonante, Ruben Torry; gritando más fuerte que su garganta....
es el gol!. Viceras, gorros y papelitos se descuelgan desde el cielo.
Belgrano, titanes de la redonda, que se pasean,
plácidos en el verde césped.
Belgrano tienes los colores del cielo y llevas el nombre
del máximo prócer de la independencia americana.
Belgrano, te grito en mi garganta y cuando sueño
descansas en mi pecho.
Belgrano, en las tardes de sol, acariciaste mis ojos.
Belgrano, he de jugar contigo, hasta después de la muerte.
Belgrano, te llevo en mi sangre, te acurruco en mi mente.
Belgrano, lo que más quiero en el mundo, es mi
madre y tú....
¡el papá de todos!
El admirador de R.B.T. concluye: ‒Ese final me emociona, vamos Belgrano mierda!!!!!
Raúl Béjar Tapia, conduce alrededor de 35 años el conocido programa De persona a persona que ya es ¡¡¡leyenda en el aire de los cordobeses!!! Se le puede escuchar hoy mismo por Radio Río 106.1 - Río Segundo-Córdoba, todos los domingos de 10 a 12 Hras. Dicen de nuestro personaje que es un tipo bárbaro. Yo puedo testimoniar que siempre lo fue y que podía adivinarse que lo seguiría siendo por el resto de su vida.
Ojalá me leas Raúl y un día me escribas unas líneas. Sólo te digo que Cienciano del Cuzco no le queda a la zaga al Belgrano o al revés.
Chorrillos, en el mes del Inti Raymi.
SOY LA HIJA DE RAUL (LA ULTIMA) Y ES MUY LINDO LO QUE ESCRIBIO DE MI PARTE LE DOY LAS GRACIAS! CUANDO EL LO LEYO JUNTO A MI HERMANO (EL QUE SE VINO DEL PERU) SE EMOCIONARON LOS DOS. OJALA ALGUN DIA PUEDA CONOCER EL PERU. UN GUSTO. MAYRA.
ResponderEliminarQuerida Mayra: Es un placer muy especial recibir unas líneas de la hija de un amigo inolvidable. También tengo yo una hija y espero que alguna vez puedan conocerse. Puedes estar segura que algún día visitaré a tu papá en Córdoba, la última vez que estuve en Bs.As., lo hice de paso a Salta. Ojalá puedas frecuentar esta página. Cariños.
ResponderEliminarHola Rodolfo soy giuliana nieta de raul, me gustaría que me pases tu mail o contactes a mi papa debejar@gnail.com, así puede hablar con mi abuelo, ya que en junio de este año va al peru
ResponderEliminarEl mail de mi papa (hijo de raul) es drbejar@gmail.com
ResponderEliminarGracias Giuliana, le estoy escribiendo a tu papá. Dile a tu abuelo que estaré encantado de verlo a su paso por Lima, tiene que llamarme al 4674446.
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