martes, 31 de mayo de 2011

Tradición y cosmología andina

Una interpretación de la Obra de Carlos Bardales*

Escrito por Anael Pilares Valdivia

A través de sus diversas pinturas, Carlos Bardales ha plasmado imágenes y símbolos relacionados con varias tradiciones, de forma que el arte que nos muestra se encuentra inmerso en íconos y figuras geométricas, expresando una vocación de unicidad entre símbolos aparentemente opuestos, estimulando así –en el observador– la capacidad de descubrir aquello que se encuentra más allá de las formas.

En ese sentido, sus últimos trabajos son reflejos y evidencias de una seria investigación e interpretación del pensamiento tradicional andino, algo que el observador, dueño de una fina sensibilidad, presiente cómo de manera sutil cubre su obra, integrando metáforas primordiales y ritmos de la naturaleza, sumergiéndose de esa forma en la historia de la andinidad y expresándola simbólicamente desde una perspectiva tradicional y contemporánea.

YANANTIN: CONCEPCIÓN COSMOLÓGICA DEL MUNDO

“…no podríamos vivir en este mundo si no hubiese el yanantin del mundo de arriba y el mundo de abajo, encontrándose en el tinku que es nuestro mundo…”
John R. Topic

Yanantin. Óleo sobre lienzo.
Aquí el artista expresa su interpretación sobre el Mundo Andino partiendo de la premisa de los tres principios o tres mundos: Hanan Pacha (mundo de arriba), Kay Pacha (mundo en el que estamos) y Ukhu Pacha (mundo interior o mundo de abajo), los que relaciona armónicamente a través del yanantin y tinku.

El Hanan Pacha es la morada de las deidades: el Sol, la Luna, el Rayo, el Arco Iris, las Estrellas son habitantes en él; el Kay Pacha es el mundo de los hombres y de la manifestación terrena; el Ukhu Pacha es residencia de hombres, animales y plantas por nacer, es el mundo de los gérmenes.

Yanantin son dos principios arquetípicos opuestos (Hanan Pacha y Ukhu Pacha) y, contrariamente a la dualidad o antinomia entre bueno y malo, existe una integralidad de los mismos; tinku viene a ser el punto de encuentro del Yanantin, es decir, la unión de los pares complementarios formando la unidad  generadora de vida (Kay Pacha).

Mediante el encuentro de estos principios arquetípicos, este óleo logra sumergir al observador en un clima sincrónico donde el artista forma parte de esa re-creación, saturándose en ella para reflejar el tinku a través del niño Q’ero detentador de la soga de los mundos –símbolo de la serpiente que atraviesa el mundo de abajo y el mundo estelar– y con la que sostiene las manifestaciones, además es donde también está compenetrado el Hanan Pacha formando la Cruz del Sur o Chakana. Las constelaciones direccionadas hacia las esquinas de la soga son los cuatro Suyus, las cuatro orientaciones. También, se puede observar que hacia el fondo late un firmamento estrellado envolviendo a las Constelaciones de Orión y las Pléyades así como a ciertas representaciones equinocciales y polares, las que desprenden sus influencias sobre la misma.

La integración de los mundos da vida al niño, puesto que éste sin ellos no podría existir, posee además a la Fuente Primordial que entrelaza a través de la soga para seguir entretejiendo los mundos y sus revelaciones.

UNIDAD: ENCUENTRO ENTRE LOS MUNDOS

“… sus actos de adoración exterior y común modo de reverenciarlas era éste: vuelto el rostro para ellas o para sus templos y guacas, inclinaban la cabeza y cuerpo con una humillación profunda, y extendiendo los brazos para adelante… con las manos abiertas y levantadas en alto un poco más que la cabeza y las palmas hacia fuera hacían con los labios cierto sonido, como quien besa…”
Bernabé Cobo

Detalle. Unidad. Acrílico sobre MDF.
En los Andes, la Tradición gira en torno a las divinidades, al cosmos, a las inter-relaciones entre éstos con hombres y demás seres que pueblan los tres mundos en un constante fluir rítmico de exhalaciones que retornan  recíproca-mente al origen y a lo originado.

Este lienzo, nos sumerge en el fluir del tinku ya explicado, donde todas las existencias convergen en ese encuentro, tornándose operativo a través de los centros o Wakas. Waka es equivalente a Sagrado y según afirma Garcilaso significa “Casa Sagrada”, del mismo modo es todo aquello que posee una fuerza espiritual activa por lo que puede ser un ídolo, un templo, un lugar. Con todos esos elementos, el artista ha plasmado voluminosas “Wakas-Templos” en medio de un mapa de constelaciones, las que dan relevancia al elemento trascendental hecho manifiesto a través de diversas geometrías.

Aquí, los círculos y puntos forman constelaciones y esferas que actúan dinámicamente, son la esencia en contraposición de la substancia. Lo circular resulta así un símbolo que transparenta la influencia de lo elevado, del movimiento universal. El entendimiento a su vez, purifica todas esas superficies que se deben extender hasta la inmensidad, como flores que se abren al Sol a manera de una plena expansión de infinitos.

El fondo, un plata penetrante y sutil es el alma que anima el cuerpo de las Wakas, mientras de manera contigua el micro y macro cosmos fundan nuevas geometrías que brotan del recóndito hálito del Cosmos.

Entrevista a Carlos Bardales - Cuzco, Abril de 2010

El artista en pleno trabajo creativo.

P. ¿Qué influencias (obras, autores, corrientes, tendencias) ha tenido el desarrollo de su obra?
R. Creo que el arte religioso occidental y el virreinal han marcado el inicio de la pintura icónica en mi producción, allí destaco la influencia del tenebrismo de Francisco de Zurbarán, además, siempre estuve rodeado por el simbolismo mágico y los misterios de pueblos antiguos, eso ha constituido mi interés desde niño, a través de cuentos y la obsesión por tener a la mano las representaciones de pueblos primigenios y culturas desaparecidas. Entonces si he ver un desarrollo pienso que va por ese camino, hacia lo mágico y simbólico.

P. ¿En qué Principios se basa el desenvolvimiento de su obra?
R. Mi percepción es que la genuina obra de arte es una unidad absoluta que debe de funcionar de manera circular, girando infinitamente sobre sí misma como un todo. A veces he pensado que si no se cumple con esa función se está interrumpiendo el fluir o el desarrollo normal de la naturaleza, es por ello que mis composiciones siempre han sido en círculo, espirales, esencializadas en la geometría divina que dicta así sus propios cánones o arquetipos. Esto se lo encuentra con nitidez en el arte del Islam, en el hindú, el chino y en general, en los mundos antiguos.

P. Por qué la importancia del estudio iconográfico para entender una Tradición?
R. Es un lenguaje útil que suele constituir una representación formal apta para el hombre de hoy, perdernos en las representaciones icónicas no sería raro, pues han surgido infinidad de periodos y procesos de transformación que además de ser ya parte de un pasado inexorable para los contemporáneos, tiene el toque de ese nuevo hombre de hoy que ha perdido la mentalidad simbólica y por tanto, ya no ve en las formas nada más que su aspecto exterior, algo que evidencia su incapacidad para levantar el velo de lo material, se ha resignado por la catalogación o en una especie de reciclaje fetichista y vulgar, pero, considero que aún así, esas imágenes todavía tiene la capacidad para guiarnos hacia esos caminos que algunos hombres llevan inscritos en su personalidad esencial.

P. ¿En la actualidad que pintores están inscritos dentro de la corriente pictórica tradicional?
R. El arte tradicional es una imitación de la naturaleza en su manera de operación, las formas deben acercarnos a verdades eternas lo más que se pueda, por eso la utilización de un lenguaje actual debe de tratar de alcanzar lo mejor posible esa intención, ese fin. La falsificación del arte en la actualidad es la misma falsificación del hombre, así resulta que cada pueblo tiene el arte que refleja su clima interior, me parece que todo arte tradicional en esta época es atípico, pero existe, supervive, pues pienso que así como mi intención es la de alcanzar esta forma, deben de haber en todas partes hombres que vayan contra la corriente y se nutran sobre todo interiormente con eso que nunca deja de estar presente alrededor de lo Real y que es depositario de un mensaje superior, eso precisamente lo encuentro a cada instante en mi ciudad actual: Cusco, aquí veo y palpo que ese arte late con intensidad, tal vez haya sobrevivido para trasmitirnos un conocimiento que cada quien deberá reconocerlo, asimilarlo, conservarlo y luego trasmitirlo; en oportunidades, del mismo modo, uno puede encontrar viajeros u hombres que provienen de lejos que pueden enseñarte y demostrar que la Tradición no puede desaparecer, pues trabaja en varios niveles por lo que no puede ser tocada por quien no la reconoce ni la ve.

P. ¿Por qué se ha establecido en Cuzco, tiene alguna relación con sus proyectos artísticos?
R. Cuzco, así como otras ciudades que han sido depositarias de una Tradición, lleva un aliento y un mensaje inscrito en sus calles, templos y espacio geográfico, mensaje que hay que descifrar y aprehender debido a que es fuente primera para la realización plena de un hombre. Y así como existe una manera moderna de entender el mundo, también existe otra, que es la antónima de esa, y si uno lleva inscrito en el Sí Mismo lo que ha de poder ver, reconocer y desarrollar durante el transcurso de su existencia, tal vez, eso hace que uno desarrolle con naturalidad y sin estridencias ciertas funciones en determinados lugares.

Carlos Bardales Rojas (Lima, 1971). Artista plástico, estudió en la Escuela de Bellas Artes de Lima. Ha realizado diversas exposiciones individuales de pintura, instalaciones audiovisuales y festivales de arte referentes a temas tradicionales.

Fuente: Revista Intercultural Aymara-Quechua N° 16, 2011.

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